"Resulta técnica y administrativamente imposible abrir la variante de Pajares en 2017", la fecha fijada en el acuerdo de investidura suscrito entre el PP y Ciudadanos para la entrada en servicio del nuevo acceso ferroviario a la región. La advertencia es de profesionales asturianos que conocen perfectamente la actuación y que consideran que, "en el mejor de los casos y si todo va rodado", el túnel podría estar en condiciones de entrar en servicio e n dos años, a mediados de 2018. "Decir que va a estar antes es crear falsas expectativas que, con el tiempo, se convertirán en frustración social", asegura uno de los técnicos consultados.
La Variante tiene pendiente la instalación de más de 20 kilómetros de vías en la vertiente asturiana, actuación que no está ni contratada después de que la empresa que había resultado adjudicataria renunciase al encargo tras no lograr un incremento presupuestario del Adif. Los técnicos calculan que repetir los trámites de licitación ocupará, como poco, cinco meses. "Y eso siempre que se conforme un nuevo Gobierno que impulse el contrato", alertan. Luego, la ejecución de las obras de los raíles llevará en torno a un año, "con lo que ya nos plantamos en 2018" advierten las fuentes consultadas, que esperan que la fijación del talud inestable de Campomanes esté solventada a finales del presente año, si no surgen nuevos inconvenientes.
Otro escollo que se aprecia como "insalvable" para que se cumpla el plazo propuesto en el pacto de investidura es el de la ventilación del gran túnel bajo la Cordillera, de 25 kilómetros de largo. El proyecto inicial se ha abandonado, por los fallos detectados, y resulta necesario redactar uno nuevo. Se trata de una labor "complicada" en la que, según los técnicos, puede tardarse entre ocho meses y un año. A partir de ahí, habrá que encargar los grandes ventiladores e instalarlos, lo que supondrá "varios meses más de obras en el interior del túnel".
Por si fuera poco, los especialistas de Pajares advierten de que, además de solventar cuestiones como los sistemas de seguridad o la correcta habilitación de las galerías intermedias, una vez que toda la infraestructura esté lista arrancará un periodo de pruebas y de homologaciones que en el caso del túnel de Guadarrama duraron nueve meses. "Estamos hablando de un tramo bajo tierra que mide 25 kilómetros de largo, con una profundidad de unos mil metros, lo que obliga a incrementar las verificaciones previas a la apertura", indican las fuentes consultadas Y no solo eso. También queda pendiente el proceso de formación de los maquinistas que vayan a conducir los trenes por el nuevo tramo entre La Robla (León) y Pola de Lena.
Compromiso con Foro
Además de en el pacto para la investidura de Rajoy suscrito entre el PP y Ciudadanos, la mejora de la conexión ferroviaria entre Asturias y la Meseta también figura en el acuerdo de coalición que los populares tienen con Foro. Entre los compromisos adquiridos en ese documento está la supresión "urgente" del "fondo de saco" que penaliza a los trenes de Asturias en la terminal de León, el acondicionamiento en ancho internacional de tramo que va hasta La Robla, y la puesta en servicio de los dos túneles de Pajares. El primero de ellos de forma "inmediata", y "lo antes posible" el segundo, trasladando el intercambiador de ancho de vía que ahora está en las inmediaciones de la estación de León a Pola de Lena, localidad asturiana hasta la que se extendería el ancho internacional específico del AVE.
La Variante se está construyendo para circulaciones en ancho ibérico, el de Renfe, para garantizar el uso mixto por parte de trenes de viajeros y de mercancías. No obstante, el tramo contará con unas traviesas polivalentes que permitirán su reconversión al ancho de AVE de manera rápida y sencilla. El plan de Fomento pasa por abrir primero uno de los túneles, excavados desde 2009.
