Pone voz y argumentos al mayor listón de exigencia al Gobierno socialista con el que IU afronta el nuevo curso político. Gaspar Llamazares (Logroño, 1957) no se anda por las ramas al calificar de "burocrático" el desempeño del Ejecutivo de Javier Fernández o cuestiona su "resistencia numantina". Y admite que o cambian el Ejecutivo y la izquierda, o le estarán allanando el terreno a la derecha en Asturias.
-Llevan meses lanzando avisos al Gobierno socialista de que debe cambiar. ¿El de ahora es un ultimátum?
-No es un ultimátum porque IU nunca ha tenido un acuerdo de legislatura sino de investidura. Si el primer año de legislatura fue para IU de compromiso con un programa de cambio, esta segunda etapa tiene que ser de exigencia y de crítica a la gestión de las Consejerías. Nos preocupa la falta de mayoría y las resistencias del Gobierno al cambio. Echamos de menos un mayor diálogo político del Gobierno, un mayor liderazgo y una mayor transparencia con IU.
-¿No existe una relación fluida con el PSOE?
-El grupo parlamentario de IU se ve sorprendido por noticias que no deberían producirse. Que cada vez que empieza el curso tengamos que desayunarnos con las reticencias de Educación a desarrollar el ciclo 0-3 años se sitúa en una gestión puramente continuista del Gobierno y con resistencias al cumplimiento del acuerdo. Y lo mismo puedo decir de los planes de empleo. Nuestra suspicacia sobre la falta de un liderazgo del Gobierno para esa mayoría, nos lleva a a buscar caminos para una mayor cooperación con Podemos.
-¿La coalición electoral marcó un punto de inflexión en la relación IU-Podemos?
-Es necesario tenerla en cuenta. Ahora se trata de pasar de una situación de competencia, que probablemente no se despeje del todo desde el punto de vista político, a una cooperación parlamentaria con Podemos, si por la otra parte existe esa voluntad. Es deseable una mayor complicidad con Podemos para presionar al Gobierno y orientarle más al sentido del cambio que al del continuismo.
-¿Ha sido un primer año de legislatura perdido, sin presupuesto y con más bronca que política?
-No fue el primer año de cambio político de izquierdas que necesita Asturias. Hubo continuismo y algunos primeros proyectos como el borrador de la reforma electoral, la ley de Transparencia o las medidas de rescate social. Pero pesa en exceso la minoría y la inercia del Gobierno.
-Los primeros contactos sobre el presupuesto de 2017 no han sido fructíferos. ¿Puede permitirse Asturias una segunda prórroga consecutiva?
-La prórroga de este año se debe a que no existe el liderazgo de una mayoría parlamentaria. En Asturias hay un gobierno en minoría con un Parlamento enfrentado, que no aprovecha su potencialidad de marcar prioridades al Gobierno. Si no cambian las prácticas del Gobierno y de la izquierda, estamos ante una previsible segunda prórroga y en el camino de una crisis política que favorece a la derecha. Luego no vale escandalizarse de las victorias electorales de la derecha. Deberíamos aprender del fracaso de la derecha para no instalarnos en la bronca permanente en la izquierda en Asturias.
-Usted ya advirtió en la investidura del riesgo de un Gobierno en minoría. ¿Era más fácil el diagnóstico que el remedio?
-Hay una falta de relato político y proyecto de la izquierda para esta legislatura tan complicada en Asturias. O recomponemos ese relato o se lo ponemos muy difícil a los ciudadanos.
-¿Cuál es la receta de IU para romper el enfrentamiento entre el PSOE y Podemos?
-Hemos planteado alternativas puntuales y propuesto una negociación tripartita que pudiera llevar a un acuerdo fiscal que sirviera de base a un entendimiento más amplio. Estamos lejos de lograr un acuerdo pero es el camino a seguir, aunque no tenemos mucho tiempo y corre en nuestra contra porque ya tenemos a nuestras espaldas una prórroga.
-El Gobierno defiende que el acuerdo de investidura se está cumpliendo.
-Hay un cumplimiento burocrático pero no un cumplimiento político. La agenda de investidura pretendía favorecer un cambio político, pero nos da la impresión que hay demasiadas resistencias al cambio. No basta sólo con presentar una Ley de Transparencia, hay que lograr que se apruebe.
-¿Atribuye ese continuismo del Gobierno a que Javier Fernández está en su último mandato?
-No sé si influyen las características del último mandato pero pesa demasiado la inercia. El Gobierno debe salir del área de resistencia numantina y atreverse a liderar, aún a riesgo de fracasar, una mayoría de izquierdas. Javier Fernández debe buscar una salida a este estancamiento. Para atraer una mayoría el Gobierno debe hacer otra política y admitir cambios en nombramientos, transparencia y control del Gobierno y en su relación con los movimientos sociales y la sociedad civil.
-¿Debería salir más de su despacho Javier Fernández?
- Creo que sí. Da la impresión de un Gobierno resignado a una legislatura en precario y eso traslada a los asturianos un fin de ciclo. Pienso que, de alguna manera, ese encastillamiento está abonando en Asturias una alternativa que no es la de la izquierda, es la derecha. Viendo los resultados de esa estrategia, el Gobierno debe salir al terreno parlamentario para acordar en una legislatura con medios muy limitados.
