Con la sombra de las terceras elecciones encapotando el horizonte, con muchos ojos sobre el PSOE y el PSOE mirando al PP, la dirección socialista sale de la presión despejando hacia la bancada popular toda la responsabilidad de una eventual repetición de la cita con las urnas. "No" sigue siendo "no" sobre todo cuando habla el círculo más próximo a Ferraz, que no se niega a volver a convocar el Comité Federal, pero tampoco vislumbra cambios en el voto negativo "a Rajoy y a cualquier otro candidato del PP" que el máximo órgano del partido entre congresos dictaminó tras las elecciones de junio. Ese es el escenario en el que la diputada socialista asturiana Adriana Lastra, componente de la comisión ejecutiva, abundaba ayer en que "no hay ningún problema en convocar" el cónclave, pero añadía un "¿para qué? ¿Para cambiar la posición? Si lo que quieren es abstenerse, que lo digan, pero yo no se lo he escuchado a nadie".

El mensaje de Lastra pide cartas boca arriba en las posiciones que se expresan desde el interior de su partido y remarca que "si quieren cambiar las resoluciones del Comité Federal, deben decirlo. Si alguien quiere abrir ese debate, que tenga la valentía de decirlo". No cita la diputada expresamente las opiniones de los barones territoriales que con mayor o menor vehemencia, y de nuevo tras la investidura fracasada del miércoles, han sugerido una reflexión, un debate, "un contraste de opiniones" y otros eufemismos para evitar pronunciar la palabra abstención. En esta discusión que lleva meses sobre el tapete, también ha entrado el presidente del Principado y secretario general de la Federación Socialista Asturiana, Javier Fernández, incidiendo en el cónclave de julio sobre la urgencia de evitar unas terceras elecciones que equivaldrían, en sus palabras, a "empedrar el camino hacia una mayoría absoluta del PP". "Nadie las quiere", afirma ahora Lastra, "y no conozco ningún vidente en ningún partido para decir qué podría pasar, pero a quien perjudicarían sería a la propia democracia". En su opinión, es el presidente el funciones el que las puede evitar, pero "no se ha esforzado" en buscar la mayoría que sí obtuvo para configurar la Mesa del Congreso y "quiere ser presidente por derecho natural".

La otra posibilidad que esquivaría las urnas, una alternativa liderada de nuevo por el PSOE, "está descartada", al decir de Lastra, "desde el momento en que la única posibilidad" sin independentistas "es la que intentamos en marzo, pero fracasó por el veto de Podemos a Ciudadanos, que se ha repetido en este debate". En esas circunstancias, un barrido por las sucursales asturianas de los partidos con representación parlamentaria acerca peligrosamente un escenario con urnas, una vez que la primera votación derrotó el miércoles a Rajoy y lo más probable es para todos que esta tarde vuelva a suceder lo mismo en la segunda.

La presidenta del PP asturiano, Mercedes Fernández, emplazó ayer a Javier Fernández, a ejercer "su liderazgo nacional" en el PSOE para que traslade a su partido "la necesidad de que permita gobernar a quien ganó ampliamente las elecciones". La presidenta de los populares asturianos, convocada a un comité ejecutivo del PP que se celebrará mañana, señaló que Javier Fernández "tiene fama de tener crédito en su partido" por lo que, en su opinión "debe hablar donde debe. Este país y Asturias tienen que salir de un bloqueo que perjudica a los asturianos".

El eventual viraje del PSOE se ve desde algún punto de vista más lejano a la vista de la dureza del discurso socialista en la sesión de investidura, pero hay quien no pierde todas las esperanzas. "Espero que haya una alternativa", apunta el portavoz de Ciudadanos en la Junta, Nicanor García, convencido de que este mes, "si hay una segunda sesión de investidura, el PSOE tendrá que abrir una reflexión interna". Hasta el momento, no obstante, le asombra que "todo el mundo diga que no quiere terceras elecciones y nadie, excepto nosotros, haya puesto los medios para ello". Se convence de que del debate en las filas socialistas puede nacer "una oportunidad", pero lamenta que esta semana el PSOE haya dejado escapar una buena "para tomar partido por la abstención, porque de los 150 puntos de nuestro acuerdo con el PP, cien coinciden con los del pacto con el PSOE".

Es el enroque del PSOE lo que "hace pensar cada vez con más fuerza en unas terceras elecciones", aporta el diputado de Foro, Isidro Martínez Oblanca. "Han pasado muchas semanas, son contumaces en esa posición y arrastran a todo el país a una cita electoral ridícula que puede tener consecuencias muy negativas para la economía del país". El parlamentario no espera cambios vinculados con los resultados de las elecciones vascas y gallegas del día 25 porque todo esto es, sostiene, "una cuestión de supervivencia personal de Pedro Sánchez y su equipo. Han cosechado sucesivamente los peores resultados del PSOE en su historia y saben que tienen las horas contadas, por eso van a enrocarse en esa posición".

"Trabajar por un acuerdo de izquierdas" es la receta para evitarlas de Gaspar Llamazares, que no se rinde. El portavoz de IU da por hecho que Rajoy "ha convertido el debate de investidura en un acto más de la próxima campaña electoral" y persevera en que la alternativa "existe", en que "no hay que resignarse a lo que quiere Rajoy, o que le demos la investidura gratis, que es la peor opción, o que vayamos a las terceras elecciones, que es una mala. Hay que trabajar por un acuerdo de izquierdas, un pacto entre PSOE y Unidos Podemos que se trate de ampliar después a otras fuerzas políticas".

Es también ese camino el que todavía explora Podemos. Su secretario general en Asturias, Daniel Ripa, ve en el relativamente nuevo escenario por un lado a "un presidente saliente que se agarra con todas sus fuerzas para continuar en La Moncloa y que no quiere acabar imputado si un Gobierno del cambio levantase las alfombras" y por otro al PSOE parado en una encrucijada entre las elecciones y "una alternativa de cambio". Según Ripa, Pedro Sánchez "debería buscar esa alternativa política porque es imposible que Mariano Rajoy obtenga los apoyos necesarios. Ha perdido la primera sesión de investidura, va a perder la segunda y todas las que se hagan de aquí a diciembre. Sin embargo, no lo quiere hacer porque en su partido no le dejan, como explicó Fernando Lastra cuando la semana pasada pidió la cabeza de Sánchez y el apoyo a la investidura de Rajoy".

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