El Tribunal de Cuentas Europeo no pone reparos a las ayudas comunitarias que ha percibido España para la construcción de la variante de Pajares. Sin embargo, emplaza a las autoridades nacionales a potenciar el uso del túnel por los trenes de mercancías, con el objetivo de ofrecer una salida rápida y fiable hacia la Meseta a los puertos marítimos de la región, justificando así los fondos recibidos por el proyecto. La advertencia consta en un reciente informe emitido por el organismo, en el que se pone de manifiesto que el 95% de la financiación de Bruselas para el ferrocarril español se ha destinado al desarrollo de las líneas de Alta Velocidad, dejando de lado la "necesaria" mejora de la competitividad del transporte de mercancías, sector al que Bruselas recomienda reorientar las inversiones en materia de infraestructuras.
Como ejemplo de la descompensación que aprecia entre el ámbito de la carga y el de los pasajeros, el Tribunal subraya que, pese a tratarse de una línea concebida para tráfico ferroviario mixto, en la documentación enviada a Bruselas por el Gobierno español para solicitar financiación para la Variante solo se cuantifican objetivos concretos de pasajeros. Las mercancías no existen.
La Variante se está construyendo para compatibilizar el tráfico de carga y el de viajeros. La previsión es que abra en ancho ibérico, el propio de Renfe, para que circulen sin problemas los trenes de mercancías y los Alvias que cubren la ruta que conecta el Principado con Madrid. Cumpliendo la actual legislación ferroviaria, el trazado contará con un tipo de traviesa polivalente que permite su reconversión al ancho específico de AVE de una manera rápida y sencilla.
Dentro del paquete de 18 proyectos analizados entre mediados de 2014 y mediados de 2015 por sus expertos, el Tribunal de Cuentas Europeo ha estudiado la eficacia de una ayuda para la Variante, autorizada por la Comisión en octubre de 2009, que sumó un montante de 253,9 millones de euros y a la que no pone objeciones más allá de que sirva para el desarrollo del tráfico de mercancías en tren. En total, la inversión de Bruselas en el nuevo acceso ferroviario a la región cubre, hasta el momento, 788 de los 3.500 millones en los que está presupuestada la obra. Si se toma como referencia todo el trazado de Alta Velocidad entre Madrid y Gijón, la aportación de la UE se dispara hasta los 2.878 millones de euros, sobre un coste global de 10.000. En el detalle por tramos, Madrid-Valladolid, en el que se incluyen los túneles de Guadarrama, ha recibido 1.981 millones de euros comunitarios; el que va de Valladolid a León, 113,5 millones, y al trayecto de León a Asturias se le han destinado esos 788 millones para Pajares.
Para completar la línea de Gijón a Madrid hace falta una inversión que fuentes internas del Adif han cifrado en unos 2.200 millones de euros. La exclusión de Asturias de los ejes ferroviarios prioritarios de la UE para los próximos años ha dejado a la región con muy escasas posibilidades de recibir partidas relevantes de fondos comunitarios destinados a la llegada de la Alta Velocidad. Los retrasos acumulados y la práctica paralización de los trabajos desde hace meses tampoco invitan al optimismo.
Aunque la Variante es beneficiaria de un proyecto europeo dotado con 7,7 millones de euros para la instalación de sistemas de seguridad en el Corredor Atlántico y sus aledaños, Bruselas ya denegó en 2015 una propuesta del Ministerio de Fomento para financiar con 31,5 millones de euros del plan de infraestructuras "Conectar Europa" la construcción del tramo de Alta Velocidad entre León y La Robla. Ese trayecto por la Meseta resulta fundamental para la llegada del AVE a la región. Está presupuestado en 105 millones de euros y sigue sin proyecto constructivo tras diez largos años de tramitación.
La financiación europea ha sido clave para el desarrollo en España de la mayor red de AVE de Europa y la segunda más larga del mundo, solo superada por la de China. Bruselas ha destinado en los últimos años, a través de distintos programas de infraestructuras, inversiones que superan los 11.500 millones de euros para la Alta Velocidad de España, en la que se ha gastado una cantidad global que supera los 55.000 millones. Es decir, que de cada cien millones de euros destinados al AVE, Europa ha puesto 20.
