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JUANMA CASTAÑO | Periodista

"El salto a la fama me llegó con la televisión, pero mi vida es la radio"

"Mi baza es la naturalidad: me comporto delante del micrófono igual que con la gente con la que hablo de fútbol"

Juanma Castaño, en Gijón, en una imagen de un pasado verano. ÁNGEL GONZÁLEZ

Faltan apenas 10 minutos para que baje al estudio de la Cope en Madrid, entre la Cibeles y la Puerta de Alcalá, y Juanma Castaño (Gijón, 1977) teclea en el ordenador ultimando su guión mientras, en la redacción, sus colaboradores comentan la jugada de "El Partidazo". Ese día, Maldini, Mónica Marchante y Antoñito Ruiz, entre otros. Dirige el programa, y también lo presenta, al igual que Deportes Cuatro unas horas antes. "Por primera vez en su vida sabe lo que es trabajar de verdad", bromea uno de sus compañeros. Feliz con la trayectoria de su Sporting, la suya no es para menos. Desde el pasado lunes dirige una de las referencias radiofónicas nocturnas y como una de los primeros espadas del grupo liderado por Paco González, Pepe Domingo Castaño y Manolo Lama.

-Presentador en Cuatro, director del Partidazo en Cope, colaborador en Tiempo de Juego... trabajo no le falta, vaya fiesta.

-(Risas) Ahora estoy con más ocupación que nunca porque está Manolo Lama de vacaciones y tengo que presentar el informativo diario en Cuatro. Eso hace que salga a las once y media de la mañana y regrese a las dos de la madrugada. Estoy todo el día fuera de casa. Aunque no estés todo el tiempo trabajando, ni comes ni cenas en casa, no puedes ni tumbarte en el sofá, ni leer un libro. Está siendo un poco shock tanto curro.

-¿Qué tal las primeras sensaciones?

-Muy buenas. De cansancio pero de satisfacción con el resultado, con la forma de trabajar del equipo y su recibimiento.

-Decía antes de presentar el primer programa que tenía ganas de que pasara, ¿se ha quitado un peso de encima?

-Bueno, enorme, claro. El primero fue el peor, porque era todo el mundo "el primero, el primero, el primero", así que tenía muchas ganas de empezar a hacer una programa cotidiano, normal, con noticias del día y la verdad es que tenía razón. En el que peor me encontré fue en el primero. En el resto me he encontrado muy a gusto delante del micrófono, con los entrevistados...

-¿Por qué peor en el primero?

-Porque era un día extraño, con la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos después, antes estaba jugando el Atlético, teníamos al Presidente del Gobierno, que siempre da un poco más de tensión, teníamos a Gasol, Carolina Marín, Ruth Beitia, Craviotto... Había que encajar muchas piezas y eso te da inseguridad. Y más si es el primero.

-En su primer programa dijo que era un hombre de radio haciendo un programa de radio pero ¿tiene la sensación de que la tele fue la que realmente lo lanzó al éxito?

-Es probable, pero es indiscutible que yo empecé en la radio y desde que empecé en ella nunca la he dejado. Seguramente el salto de fama me lo ha dado la tele, pero a la radio la he querido mucho y con el que tengo una relación de vida. Mi vida es la radio.

-¿Cuál cree que fue su punto de inflexión en cuanto a éxito?

-Se suele fijar en la Eurocopa de 2008. El primer gran evento que hicimos en el que ganó España. Antes habíamos hecho el Mundial de 2006 pero pasó mucho más desapercibido. En el Mundial de 2010 tuve un papel más protagonista porque entrevisté a los jugadores al final del partido, al Rey, a Zapatero, al otro, al de la moto... Eso me puso en el mapa, aunque yo ya estaba dentro del periodístico por haber hecho Tours, Vueltas a España... Pero, realmente, para el gran público, lo que me puso en el mapa fue la Euro de 2008.

-¿Qué hizo bien en ese momento?

-No me corresponde a mí valorar esto. Mi baza es la naturalidad. Me comporto igual delante del micrófono que con la gente con la que hablo de fútbol o de cualquier otro tema. No sé ser de otra forma y de hecho me están insistiendo mucho. "Sé tu. Sé tú. Sé tú." Bueno, pues nada, soy yo. Soy uno, el que se pone delante de la cámara o el micro. Eso tiene su punto bueno y malo. Evidentemente, a los que no les gusta como eres, lo tienen chungo porque voy a seguir siendo así. Y a los que sí, estarán encantados.

-Ahora que parece que le persigue el éxito, ¿se acuerda de los malos momentos?

-He tenido mucha suerte porque no he pasado momentos complicados. He tenido que comer porquería, porque no todo es presentar un programa de radio. He tenido que hacer guardias esperando protagonistas que no hacen declaraciones, he trabajado muchísimas horas ganando muy poco dinero... En fin, lo que hace cualquier periodista ganando muy poco dinero. Malos momentos, sería injusto que lo dijera porque tengo trabajo desde que tenía 18 años, por lo que ¿qué más le puedo pedir a la vida? No he estado ni un año en mi casa en el paro, ni un mes.

-¿Ser famoso en lo suyo significa ser bueno en lo suyo?

-No, ni mucho menos. Una cosa es ser famoso y otra cosa es ser bueno. Hay muchos periodistas que no son famosos y sí extraordinarios. Y otros, que son famosos, que a mí no me gustan.

-En su primer programa dijo que estaba más acostumbrado a los palos que al halago. ¿Hay más gente que le gusta criticar o se hacen notar más?

-No puede haber más, porque si no yo lo notaría en la calle y es una pasada. Disfruto hablando con la gente y alterno mucho en los bares, restaurantes, se me ve en un parque con mis hijos, con mi mujer... No me escondo y nunca he tenido ni un problema... Alguno, que te dice algo de la que se va. Hay gente que se compadece de ti: "Madre mía, como te ponen". Pero si no tengo ningún problema, otra cosa son las redes sociales. Si tienes 250.000 seguidores y el 10% no te puede ni ver ya son 25.000. Claro, son muchos. Un experto de internet me dijo que estaba en torno al tres o cuatro por ciento.

-Un amigo sportinguista me dijo que se alegraba de su nombramiento aunque solo fuera porque se hablaría más del Sporting, ¿tenemos buenas noticias?

-Grandísimas noticias porque solo se hablará cuando gane. Cuando pierda, lo diremos más rápido.

-¿El Sporting de los guajes o de los fichajes?

-El que permanezca en Primera. Hay que estabilizar al club en la élite para que se encuentre una salvación económica y, a partir de ahí, recuperar la identidad pero si ahora mismo no hay posibilidad de hacer un Sporting de guajes, hay que hacer un Sporting de Primera. No hay que volverse loco con guajes o fichajes.

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