Las obras de integración del AVE en la ciudad de León, en cuyo proyecto se incluye una solución para el "fondo de saco" que penaliza desde hace más de cinco años a los trenes que circulan entre Asturias y Madrid, fueron adjudicadas por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) el pasado 1 de abril a la constructora Copasa. Transcurridos ya cinco meses desde entonces, no hay ni rastro de los trabajos ni se ha fijado fecha alguna para su inicio. El PSOE, en la oposición municipal leonesa, se ha interesado en varias ocasiones por los motivos de esta demora. "Lo que nos responden es que la actual situación de inestabilidad política impide que la actuación comience", señala un responsable del Grupo socialista en el Consistorio. Por su lado, interpelados por este particular, los portavoces del equipo de Gobierno local, en manos PP, se remitieron al Adif, organismo que tampoco aclaró ayer cuándo se espera que den comienzo los trabajos o si existe alguna incidencia que impida ejecutarlos.
El problema de los Alvia en León comenzó en marzo de 2011, cuando el entonces ministro socialista de Fomento, José Blanco, inauguró a bombo y platillo la terminal para la Alta Velocidad ferroviaria pese a que, finalmente, el AVE no llegó a la ciudad hasta casi cinco años después. El proyecto incluía la erradicación del paso a nivel de El Crucero, para lo que se cortó la tradicional salida hacia Asturias y se construyó una terminal en "fondo de saco". La consecuencia de todo ello fue que, desde entonces, los Alvia de la línea Asturias-Madrid se ven obligados a efectuar maniobras de entrada o de salida a la terminal marcha atrás, en las que pierden una media de veinte minutos, o a circular con el pasaje en el sentido contrario a la marcha de Gijón a León.
Vías pasantes
Tras renunciar por "faraónico" al proyecto de integración ferroviaria en León previsto por Zapatero, el Gobierno de Rajoy aprobó un proyecto que, por lo que concierne a la línea de Asturias a Madrid, consiste en ampliar la estación actual en unos 450 metros cuadrados, para la construcción de andenes soterrados como los de la estación de Llamaquique con dos vías pasantes para la circulación de los trenes del Principado. Además, incluye un trazado bajo tierra de medio kilómetro, que permitirá atravesar el tramo que quedó fuera de servicio cuando se procedió a la erradicación del paso a nivel de El Crucero. El plazo de ejecución es de doce meses.
La adjudicación a principios de abril parecía marcar el inicio de una actuación muy demandada por los viajeros. Sin embargo, casi medio año después de que el Adif anunciase el encargo, el "fondo de saco" sigue ahí y no se ha movido una piedra para erradicarlo. Además, también marcha con un notable retraso sobre las previsiones iniciales la instalación del sistema de seguridad RTSM -el específico del AVE- desde Valladolid a León, cuya entrada en servicio supondrá un ahorro de un cuarto de hora en el viaje a Madrid.
