La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Antropoceno deja huella en Asturias

Los signos de la intervención humana, que marcan el inicio de una nueva era geológica, son visibles en las rías del Nalón y Avilés, y en las Cuencas

El Antropoceno deja huella en Asturias

La tierra lleva 66 años en una nueva época geológica: el Antropoceno. El paso desde el Holoceno a esta etapa acaba de ser confirmado por un grupo internacional de expertos y fijado en 1950, año en el que, a causa de los residuos radiactivos del plutonio de las bombas atómicas, los seres humanos provocaron por primera vez un cambio global del ciclo natural de la tierra. Ese fenómeno se ha ido acentuando a base de emisiones contaminantes, gases de efecto invernadero, alteraciones de los ecosistemas, pérdida de biodiversidad, sobrepesca o deforestación, de forma que la huella del hombre está quedando grabada en los estratos que estudiarán los geólogos dentro de miles de años. Y esa huella es, precisamente, lo que define al Antropoceno.

"La verdad es que el ser humano ha cambiado la Tierra desde hace miles de años. Lo que sucede a partir de 1950 es que ese cambio llega por primera vez a la química atmosférica por las pruebas nucleares y la quema masiva de combustibles fósiles, provocando que isótopos como el carbono 14, cuya presencia se había mantenido constante durante milenios, se haya disparado", subraya el paleontólogo Diego Álvarez Lao. Este profesor del departamento de Geología de la Universidad de Oviedo también llama la atención sobre el hecho de que a partir de 1950, coincidiendo con un incremento de la contaminación en los mares y en las plataformas continentales, se constata una "alta tasa de extinción de especies" que llega a las cien al día, sobre todo de insectos en las zonas tropicales. "La causa única no es el hombre, pero sí tiene que ver en ello", apunta el experto.

En el equipo internacional que ha confirmado el cambio de época geológica hay un científico español, el profesor de Micropaleontología de la Universidad del País Vasco Alejandro Cearreta. Sus investigaciones han llevado a determinar que una de las pruebas de que estamos en el Antropoceno es la franja de siete metros formada por sedimentos procedentes de la industrialización que se ha acumulado en la ría de Bilbao. No es, ni mucho menos, un caso único en España. El Antropoceno también ha dejado ya su huella en Asturias. El geólogo Germán Flor, gran conocedor de la costa regional, señala que en la desembocadura de la ría del Nalón se aprecia una capa de arenas grises que, lejos de ser naturales, son producto del lavado del carbón aguas arriba y pueden considerarse una prueba del cambio de era. Flor también apunta a la ría de Avilés, que, según indica, está "totalmente modificada, hasta el punto de que el canal original ya ni existe". "En la excavación para el canal de navegación se eliminó lo natural y se configuró una estructura artificial rígida", añade el geólogo sobre la relación de la ría con el Antropoceno.

Diego Álvarez Lao, que considera acertada la decisión de colocar en 1950 el cambio de época geológica, coincide con Flor en que la situación de la ría de Avilés es una de las evidencias del Antropoceno en Asturias. "Hay una acumulación de lodos, procedentes de la actividad industrial en la zona, que se va endureciendo y generando estratos", apunta el paleontólogo sobre un fenómeno similar, aunque a menor escala, al estudiado por Cearreta en Bilbao.

Con todo, una de las más curiosas representaciones de la nueva era en la región se encuentra en la playa del Cuerno, en Castrillón. "En la parte de atrás del arenal hay una playa fósil, un estrato de arena endurecido que ha formado una roca en la que hay trozos de plásticos y de envases de yogur", detalla Álvarez Lao, convencido de que esa roca, formada hace unos 30 o 40 años, puede considerarse como "un nivel geológico del Antropoceno".

La acumulación de estratos de basura que hay en el vertedero de Serín, con un vaso de 19 millones de metros cúbicos destinado al depósito de residuos, también genera lo que el paleontólogo de la Universidad de Oviedo define como "formaciones geológicas extrañas que están siendo generadas por el hombre y no por el planeta". Algo similar, añade Álvarez Lao, sucede con las escombreras de las comarcas carboneras del Nalón y del Caudal. O con las galerías mineras. También pueden considerarse evidencias de la nueva era geológica: las huellas que el Antropoceno va dejando en Asturias.

Compartir el artículo

stats