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Asturama

El Monsacro, la cima de culto desde antes de la Edad de Bronce

El monte fue lugar sagrado desde tiempos de cultura megalítica, heredado por romanos y por la religión cristiana

octogonal del Monsacro.

El recorrido a pie realizado la semana pasada por LA NUEVA ESPAÑA, narrado en la crónica "Los veinte mil pasos al Monsacro" publicada el pasado domingo, ha servido como impulso para la constitución de la plataforma Amigos del Monsacro, que se reunirá en próximo día 23 para recuperar y promocionar la secular, histórica y olvidada ruta de las Santas Reliquias entre la Cámara Santa de la catedral de Oviedo y la ermita octogonal del del mayáu de las capillas, en cuyo pozo de Santo Toribio estuvieron resguardadas hasta el siglo IX cuando Alfonso II El Casto las trasladó hasta la capital del Principado.

La senda transita por los concejos de Oviedo, Ribera de Arriba y Morcín atravesando los Pueblos Ejemplares de Bueño y La Foz de Morcín.

El Monsacro ha sido siempre una referencia para todos los peregrinos que acudían a San Salvador de Oviedo camino de Santiago de Compostela. La atracción por esta montaña sagrada, conocida también como La Magdalena, topónimo que utilizan habitualmente los habitantes de Morcín, se debe a que el "Arca Santa" traída en el siglo V por Santo Toribio de Astorga desde Jerusalén estuvo guardada con las sagradas reliquias, incluido el santo sudario, en este monte antes de ser trasladada a Oviedo por el rey Alfonso II El Casto en el siglo IX, según se puede constatar en una crónica medieval. Actualmente, todas estas joyas están depositadas en la Cámara Santa de la catedral de Oviedo.

El carácter sagrado de esta montaña está datado antes del periodo cristiano. Los restos de una necrópolis tumular y de un dolmen delatan la existencia de moradores en la época prehistórica perteneciente a la cultura megalítica anterior a la Edad de Bronce, quedando todavía en la actualidad vestigios de la práctica heliolátrica -culto al sol- con los cardos mágicos a los que se les atribuye capacidad para la curación de enfermedades. Hoy en día todavía permanece vigente la tradición en algunos peregrinos de bajar un cardo mágico bendecido del Monsacro.

Con la invasión romana tiene lugar el cambio de culto de deidad pasando del dios Sol al dios Júpiter Tonante. La habitual práctica cristiana de sacralizar aquellos lugares que anteriormente ya habían tenido un sentido religioso en anteriores civilizaciones representa la culminación de un proceso de cambio íntimamente ligado al fenómeno religioso. De ahí proviene el topónimo "Monte Sacrum" que posteriormente derivaría en Monsagro y Monsacro.

Las dos capillas ubicadas en la cumbre de la montaña datan del románico tardío. La de abajo, conocida también como de La Magdalena, es de planta rectangular y posee un ábside en su cabecera orientado hacia al este. Su construcción se remonta posiblemente al siglo XIII. Hasta su reconstrucción, en 1986, sirvió de cobijo a los animales que pastaban en el mayáu y que acumularon una capa de estiércol superior al metro y cincuenta centímetros de altura. Al lado de esta capilla se encuentran vestigios de un antiguo cementerio y de un lugar conocido como el huerto del ermitaño.

La de arriba, bajo la advocación de Santiago y de Santo Toribio, posee mucho mayor interés arquitectónico debido a su planta octogonal, con la que eran construidos los templos destinados a guardar reliquias. En España solamente hay tres ermitas octogonales. En el interior de esta capilla se encuentra el pozo de Santo Toribio, que debe su nombre al obispo de Astorga que trasladó, según la leyenda, las sagradas reliquias desde Jerusalén hasta la cima del Monsacro. En una reciente encuesta en internet sobre las ermitas más bonitas de España, la octogonal del Monsacro ocupa el sexto lugar tras la de Covadonga que es la cuarta y por delante del octavo puesto de la Virgen de Guía en Ribadesella. El Arca Santa que llegó al Monsacro salió de Jerusalén en el año 614 y tras pasar por Egipto llegó a Cartagena (Cartago Nova) y en el 636 ya estaban en Sevilla. En el 705 ante la invasión musulmana llegan a Toledo y en el 711 se trasladan hasta el Monsacro hasta que Alfonso II el Casto las lleva hasta Oviedo.

La historia, la leyenda, la religión y la tradición se entremezclan en la cima de este monte sagrado de singular belleza paisajística al que se puede ascender ya sea desde La Collaina (ladera norte), desde Los Llanos (ladera este) o desde la Covarriella (ladera sur). Recuperar y promocionar la senda de los veinte mil pasos entre la catedral y la cima de la montaña sagrada a través de la ruta de las santas reliquias es sin duda una gran y necesaria iniciativa.

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