El joven ejemplar de oso pardo cuyo cadáver fue hallado el viernes en la cuneta de una carretera de Moal (Cangas del Narcea) se desangró internamente tras recibir un disparo horas antes y no muy lejos de donde lo encontraron unos turistas que regresaban de visitar la Reserva Biológica de Muniellos. Esta es la conclusión inicial que trasladó ayer a LA NUEVA ESPAÑA Juan Francisco García Marín, rector de la Universidad de León y catedrático de Patología Animal, tras dirigir la necropsia al plantígrado, un adulto de 105 kilos de peso.

El caso está siendo investigado por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, que anoche aún no había practicado detenciones, y también será llevado por la Administración regional a la Fiscalía de Medio Ambiente. La Fundación Oso Pardo anunció ayer que ejercerá la acusación particular en una causa que su presidente, Guillermo Palomero, considera de la "máxima gravedad", porque el animal fue abatido "a las puertas de Muniellos y en pleno parque natural".

El análisis del cadáver se llevó a cabo en la facultad de Veterinaria de la Universidad de León. Juan Francisco García Marín y veterinarios de la Dirección General de Recursos Naturales y del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida) localizaron el orificio de entrada del disparo en el flanco izquierdo del animal, a la altura de la costilla flotante 12. El proyectil quedó en el cuerpo y ha podido ser recuperado, algo muy relevante para la investigación en marcha. Durante la necropsia también se tomaron muestras de tejidos y fluidos corporales del plantígrado, para realizar estudios toxicológicos e histopatológicos complementarios.

De acuerdo con la tesis provisional de García Marín, el oso recibió el disparo el viernes por la mañana cerca de Moal, poco antes de que fuera localizado por los turistas a las 13.40 horas. El tiro no tuvo efectos inmediatos y el plantígrado, herido de muerte, se habría desplazado desangrándose internamente hasta el lugar en el que se encontró su cadáver. El experto descarta que fuese trasladado hasta ese punto por el autor del disparo.

A la espera de lo que determine la investigación, el presidente del Fondo para la Protección de Animales Salvajes (Fapas), Roberto Hartasánchez, recordó ayer que la muerte del oso acaeció pocos días después del inicio del periodo hábil de caza en el Principado y "sin que el Gobierno regional haya puesto en marcha las iniciativa de prevención para evitar la muerte de osos durante las batidas" que le vienen reclamando los conservacionistas. Es más, para Hartasánchez la autorización de batidas de jabalí en las "áreas críticas" de oso pardo dentro del Parque Natural de Somiedo supone un "factor de riesgo extremo" para la conservación de la especie.

Guardas del Principado confirman que es bastante fácil confundir a un oso con un jabalí en pleno monte.

El presidente del Fapas considera "evidente" que el aumento de la población de oso pardo en algunas áreas de Asturias está "amparando una gestión negligente e intencionadamente orientada del Gobierno de Asturias para poner fin al proceso de recuperación de la especie, sin que ésta haya llegado a alcanzar los niveles óptimos de recuperación poblacional".

A la hora de apuntar líneas de investigación. Hartasánchez también se refiere al "evidente malestar" de los vecinos de las zonas oseras, entre ellas la de Cangas del Narcea, por la "nefasta" gestión de los pagos por los daños de los animales salvajes en sus propiedades. "Hay ataques recientes a colmenas que no se han compensado", subraya el presidente del Fapas.