El cadáver de un oso pardo joven fue ayer hallado en la cuneta de una carretera de Moal (Cangas del Narcea) sin aparentes signos de violencia. La voz de alarma la dio un grupo de turistas -según varias fuentes, de Cáceres- sobre las 13:40 horas cuando volvían del centro de interpretación de la Reserva Biológica de Muniellos. El Principado activó de inmediato el protocolo previsto para casos de mortalidad de fauna salvaje y trasladó el animal a la Universidad de León, donde se le realizará hoy la necropsia. Las primeras inspecciones veterinarias apuntan a que el ejemplar, un macho de entre 4 o 5 años y unos 120 kilos de peso, pudo morir al precipitarse por un pequeño arroyo, junto al que fue localizado su cuerpo al borde de la calzada.

Fuentes cercanas a la investigación señalan que el cadáver está "en buen estado, sin heridas ni traumatismos". A la espera de pruebas más fidedignas, se descarta que el oso haya podido fallecer por la colocación de un lazo o por el disparo de un cazador. Lo que es por ahora un interrogante es si el animal ingirió algún tipo de veneno. Para despejar las dudas habrá que esperar a la necropsia, que la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León realizará hoy. Estará dirigida por el catedrático Juan Francisco García Marín y en ella participará personal de la consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales. Los resultados de la prueba, sin embargo, no se conocerán hasta dentro de varios días o incluso semanas.

La alerta saltó ayer al mediodía cuando unos visitantes -no alojados en la zona- volvían caminando de la reserva de Muniellos por la carretera que pasa por Tablizas hacia Moal. En esa población localizaron a un plantígrado subadulto, de gran tamaño, tirado boca abajo en la cuneta. Eran las 13:40 horas y se cree que la muerte se produjo poco antes. Los mismos turistas habían pasado por la carretera a las 12:45 y no habían visto nada. Tampoco los vecinos de Moal, que ayer permanecían impasibles al hallazgo en contraposición de los grupos conservacionistas, que esperarán a hacer valoraciones una vez transciendan los resultados de la necropsia. De cualquier forma, el presidente de la Fundación Oso Pardo (FOP), Guillermo Palomero, lamentó el suceso, ya que no hay que olvidar que la especie sigue estando en peligro de extinción.

El último censo elaborado por las comunidades autónomas de Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León revela que en la Cordillera Cantábrica la población de osos pardos supera los 230 ejemplares. La mayoría de ellos se concentran en la zona occidental del Principado, en particular en Somiedo y Cangas del Narcea. El hallazgo del oso muerto ayer demuestra que los plantígrados cada vez están más cerca de los pueblos como consecuencia del aumento del número de ejemplares. La población de osas con crías se incrementó en la última década un 37%.

Hasta Moal se desplazaron ayer la Guardería del Principado, la Patrulla Oso, técnicos de la consejería de Recursos Naturales y el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. También estuvieron en la zona vigilantes de la Fundación Oso Pardo y del Fondo para la Protección de la Naturaleza (Fapas). Unos ocho expertos fueron los que analizaron in situ al animal, que presentaba "buen pelaje y peso".