"Como nadie dice querer otras elecciones todo el mundo da por segura una fase de negociación que debería denominarse agonística. Pero no podemos descartar que las terceras elecciones sean parte de un destino inexorable y fatal".

El presidente del Principado, Javier Fernández, suele aprovechar su discurso en los actos inaugurales del nuevo curso en la Universidad de Oviedo para referirse a asuntos "que se sitúan extramuros" de la Academia. Es el suyo un discurso en clave política más que académica, aunque lo político afecte a la Universidad, y de qué forma.

A Javier Fernández hay que leerlo o escucharlo entre líneas. Como este mensaje de ayer a extraños... y propios: "La incapacidad para revisar las propias posiciones, incluso el propio pensamiento, debería relativizarse un poco". Decía Borges -lo recordó el presidente- que "quizás haya enemigos de mis opiniones, pero yo mismo si espero un rato puedo ser también enemigo de ellas". Por si alguien -pongamos a cualquiera de los actores del bloqueo en el gobierno central- no coge la idea, Javier Fernández citó a Romanones: "Cuando digo nunca jamás quiero decir por el momento".

Fernández presidió junto al rector, Santiago García Granda, el curso 2016-17. El presidente del Principado prometió "que aprovecharemos al máximo nuestros recursos para cumplir lo acordado en el marco estable de financiación 2015-18 suscrito por ambas instituciones", pero con un condicionante: "Espero que la aprobación de un presupuesto autonómico permita dejar atrás la prórroga y afrontar los compromisos".

Alumnos extranjeros

García Granda, en su primer discurso inaugural como rector piensa que "existe margen para intensificar el esfuerzo inversor y de mecenazgo con la Universidad". Y mientras eso sucede el rector anima a tirar de una buena herramienta: la eficiencia. El objetivo lo tiene claro García Granda, y es "recuperar y superar los niveles de financiación más altos logrados por la institución... continuaremos trabajando firme para lograr un incremento de los fondos tanto públicos como privados", señaló en su discurso.

El Rector se felicitó de que la matrícula en la Universidad ronda los 21.000 estudiantes, casi mil más que el curso pasado. Pero las cifras no lo son todo: "Debemos pensar estrategicamente en nuevas titulaciones y mejorar la integración en el espacio académico latinoamericano". En paralelo, otra línea de actuación que tiene que ver con las enseñanzas bilingües "porque necesitamos atraer alumnos de lengua extranjera".

Granda aludió a un término asturiano, el verbo nortiar en su versión más positiva, la de mirar al horizonte "con optimismo y perseverancia, con trabajo y esfuerzo". La segunda aceptación "ye la d´andar dún llau pa otru ensin facer nada, perdiendo'l tiempu". No es el "nortiar" que necesita la Universidad asturiana. El Norte, en el siglo XIX, estaba al otro lado del mar, hacia Inglaterra "porque la revolución industrial era un referente de progreso". Hoy el norte no tiene nombre de país, al menos no de un solo país. Tiene que ver con la cultura global y universal que, como dijo el premio Nobel irlandés Seamus Heaney, un enamorado de Asturias "es la suma de las culturas locales", como recordó el rector en el acto desarrollado en uno de esos escenarios que invitan a la boca abierta de admiración, la biblioteca central de la Universidad. Entre libros amigos el Rector animó a cultivar "la capacidad para adptarse al entorno, destreza, experiencia y reflexión compartida".