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La "nefasta" gestión del pago de daños crea "malestar" en zonas oseras, alerta el Fapas

El Seprona ya investiga sobre el terreno la muerte del plantígrado que recibió un tiro el viernes en Moal (Cangas del Narcea)

El veterinario Ramón Balsera, inspeccionando el cadáver del oso de Moal, en la cuneta en la que apareció el viernes. MIKI LÓPEZ

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil investiga sobre el terreno la muerte del oso cuyo cadáver apareció el pasado sábado en una carretera de las inmediaciones de Moal (Cangas del Narcea). Así lo confirmaron ayer vecinos de la localidad, que aseguran haber visto a los agentes pero que no quisieron hacer más valoraciones a la espera de lo que determinen las pesquisas en marcha. El plantígrado, de 105 kilos de peso, se desangró internamente tras haber recibido un disparo no mucho antes de que fuera hallado por una familia de turistas que regresaba de una visita a la Reserva Biológica de Muniellos.

El proyectil quedó en el cuerpo del oso y pudo ser recuperado durante la necropsia, practicada el sábado en León bajo la dirección de Juan Francisco García Marín, catedrático de Patología Animal. Su análisis puede resultar muy relevante para las investigaciones, que ya han llegado a la Fiscalía de Medio Ambiente del Principado.

Una vez que parece descartada la hipótesis de que el disparo que acabó con la vida del oso de Moal fuera de un cazador, ya que la primera batida de la temporada en esa zona se celebró el sábado, los expertos consideran que hay dos líneas de investigación preferentes. Por un lado, que el autor sea un furtivo. Tanto Roberto Hartasánchez, presidente del Fondo para la Protección de Animales Salvajes (Fapas), como el biólogo Javier Naves han puesto de manifiesto en los últimos días el grave problema que la caza ilegal supone para la supervivencia de la especie. Además, tampoco se descarta que el causante sea un vecino de la comarca suroccidental del Principado que se decidió a acabar con el plantígrado para evitar que realizara ataques al ganado, como los protagonizados este verano. Hartasánchez no esconde el "malestar" que hay entre los habitantes de las zonas oseras por lo que califica de "nefasta" política regional de pagos de los daños causados por la fauna salvaje en Asturias.

Los biólogos advierten de que la muerte de ejemplares jóvenes y sanos, como el de Moal, pueden tener consecuencias muy negativas para la especie.

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