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Menos borrascas para este invierno

La interrupción por primera vez del cambio de trayectoria de los vientos de la troposfera traerá menos aguaceros a España, según los meteorólogos

Ernesto Rodríguez. AEMET

Este invierno llegarán a España menos borrascas de las habituales. Los meteorólogos prevén pocas precipitaciones en el sur de Europa, al contrario que en el norte, debido a la interrupción por primera vez del cambio de trayectoria de los vientos de la troposfera. Este fenómeno recibe el nombre de Oscilación Quasi Bienal, QBO (por sus siglas en inglés), y se produce cada 20 o 35 meses, modificando su dirección de este a oeste y viceversa. El parón de este ciclo en febrero ha generado alarma en la comunidad científica internacional. Aunque se desconocen con certeza sus causas, todo apunta a que guarda relación con el cambio climático.

"Estos movimientos de viento se descubrieron por primera vez en los años 50 y desde entonces se venía comprobando un cambio en la trayectoria aproximadamente cada dos años. La interrupción acabará teniendo consecuencias en las corrientes en chorro, que son las que marcan las trayectorias de las borrascas. Y parece que se van a mover más hacia al norte que hacia el sur. Dicho con otras palabras, va a llover menos este invierno en España", explica a LA NUEVA ESPAÑA Ernesto Rodríguez, jefe del área de evaluación y modelización del clima de la Agencia Estatal de Meteorología. Rodríguez comenta que al igual que sucede con El Niño, las variaciones en el clima acaban notándose "en cualquier punto del planeta", eso sí, "meses más tarde". La detención de la Oscilación Quasi Bienal parece que se notará en la península Ibérica en invierno.

Astrónomos de la NASA suponen que se podría deber a la fuerte presencia de fenómenos como El Niño y La Niña, que han afectado a múltiples regiones del mundo y han generado fuertes ondas de calor en los primeros seis meses del 2016 al superar los 1,6 grados centígrados de temperatura en todo el globo terráqueo. Sin embargo, nadie sabe si la interrupción del movimiento es un hecho puntual y asilado o supone un signo más del mundo que está por venir a causa del calentamiento. "No se puede encontrar ningún fenómeno nuevo sin preguntarse si tiene algún impacto del cambio climático", afirma Anne Smith, científico del Centro Nacional de Investigación Atmosférica.

La alarma saltó en febrero cuando se observó que una banda de vientos del este comenzó a formarse por encima de los del oeste, como era de esperar a finales de 2015, alterando el ciclo normal. "Esto es muy, muy inesperado", destaca Steven Pawson, científico del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA. A pesar de que la QBO se produce en niveles muy altos de la troposfera, los expertos explican que afecta al clima global por su interacción en olas de gran escala de la estratosfera. Este alcance, junto a su regularidad, ha convertido al fenómeno en una fuerza estabilizadora de los patrones climáticos globales. La desviación inesperada ha dejado en "shock" la capacidad de los meteorólogos para predecir, según opinan los investigadores del movimiento.

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