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Orviz, del mitin a la pizarra digital

El aún coordinador de IU de Asturias vuelve a su puesto de maestro, con niños de 8 años, en un colegio público de Oviedo

Manuel González Orviz, a las puertas del colegio de la Ería. IRMA COLLÑ

De candidato al Congreso por Unidos Podemos en las elecciones generales del 26-J, a maestro de 3.º C en el ciclo de enseñanza primaria en el colegio público de La Ería (Oviedo). Del micrófono del mítin a la pizarra digital del aula. Es la "integración rápida" que vive desde principios de curso Manuel González Orviz, el coordinador general de IU de Asturias "hasta que se celebre la próxima asamblea" de la coalición. Y la demostración de que otras "puertas giratorias" son posibles en el mundo de la política, por mucho que la alusión provoque pudor en quien ha dirigido, "con aciertos y errores" uno de los partidos con mayor presencia en las instituciones de la región.

Orviz estará todavía unos meses al frente de ambas responsabilidades. De ocho y media de la mañana a dos de la tarde, en el colegio, y por las tardes, en la sede regional de IU, en l a plaza de la Catedral. "¿Qué cómo lo haré? Dedicando mucho tiempo, 16 horas. Será por un tiempo limitado, hasta la celebración de la Asamblea en la que seamos capaces de tejer un futuro para esta organización, y que se hará independientemente de que haya elecciones generales o no", esgrime un político que no extraña la vuelta a las aulas, un tránsito que ya ha recorrido antes. "De director de Vivienda regresé a la escuela, retorné a la dirección de Vivienda y otra vez al colegio, antes de ser elegido coordinador de IU, en 2012". O sea, el de este curso será su tercer retorno a la plaza de la que es titular, por oposición, una condición que, reconoce, le concede una "independencia económica y profesional", que le evita "ciertas servidumbres, aunque no digo que todos las tengan" y que "te da más libertad a la hora de tomas decisiones. En las asambleas de IU siempre dije que me jubilaría de maestro".

En esta ocasión, Orviz estrena destino profesional. Del colegio de Piedras Blancas (Castrillón), donde impartía clases de educación especial en los distintos cursos, al centro ovetense de La Ería, muy cerca de su domicilio, y donde está al frente de un curso de 23 niños de ochos años, con plurinacionalidades. El encaje va bien. Algún alumno incluso le comentó que le conocía. "Mi padre te ha visto en internet", le dijo, sin más detalles, uno de los niños que, admite, "todos los días te enseñan algo, y los compañeros también". En la semana que de va de curso, se ha puesto al día de la importancia que tiene el banco de libros, en el papeleo que deben hacer los tutores para dar los textos a las familias de los alumnos que lo hayan solicitado y en lo necesarias que son las becas de comedor y de libros tras una crisis que "todavía se nota hasta emocionalmente en algunos niños".

Acostumbrado a diseccionar los dosieres informativos que le pasa todas las mañanas su jefe de prensa, ahora aprovecha los periódicos para, por ejemplo, usarlos como material de apoyo en las clases de cultura asturiana. Con el resto de profesores, la integración también progresa adecuadamente: "ni yo sentí marcado por llegar de donde venía ni me generó ningún problema. Todo lo contrario, tuve una integración rápida", comenta un Orviz que da la impresión de estar más suelto, menos encorsetado, acaso porque las responsabilidades orgánicas tocan a su fin. Otra cosa es la pasión por la política, que permanecerá: "lo anómalo es hacer de la política una profesión para siempre pero el compromiso es algo inherente a los valores de una persona durante toda la vida".

En tiempos de corrupción y uso interesado de la vida pública, Orviz sostiene que "el problema fundamental es la decencia. Hay mucha gente decente en la política pero también mucho sinvergüenza que se sirve de ella. Se necesita gente decente de distintas ideologías", plantea en una argumentación donde reconoce la influencia del filósofo Emilio Lledó. Ahora que su paso por la dirección de IU toca a su fin, "el 31 de diciembre próximo seguro que ya no será coordinador", bromea, recuerda el consejo que le dio su madre, de la que mamó , en santa Bárbara, al lado del pozo minero La Cerezal de San Martín del Rey Aurelio, "los valores históricos de la tradición de izquierdas". El consejo materno, en fin, fue tan directo como aleccionador: "cuídate de la gente que está con los que mandan".

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