La Universidad de Oviedo ha desarrollado una terapia psicológica específica que permite que más de la mitad de los pacientes fumadores con depresión o síntomas de depresión dejen el tabaco. La Unidad Clínica de Conductas Adictivas, de la Facultad de Psicología de la Universidad de Oviedo, ha realizado el seguimiento de los pacientes y corroborado el éxito del tratamiento.

El estudio se realizó con 59 pacientes con sintomatología depresiva grave. Tras el tratamiento se comprobó que la tasa de abstinencia del tabaco se elevó hasta el 71,2% al acabar la terapia, se situó en el 61,2% un mes después y superó el 52,9% a los dos meses. Esta tasa es significativamente superior a las que se registran en experiencias similares en otros países, según los psicólogos de la Unidad Clínica de Conductas Adictivas.

La concurrencia del consumo de tabaco y la depresión es uno de los trastornos de salud mental de mayor prevalencia en España. Entre el 5% y el 12% de la población adulta española sufre depresión, que afecta a entre dos y cuatro millones de personas. Se trata de personas que padecen un continuado estado de ánimo depresivo o humor triste y la pérdida de interés o placer por actividades de la vida diaria que anteriormente resultaban gratificantes.

Cada vez con más frecuencia se ha constatado que las personas con depresión demandan tratamientos para dejar de fumar. De hecho, tienen el doble de probabilidades de ser fumadoras que las personas sin depresión. Casi uno de cada tres fumadores sufre síntomas depresivos en el momento en el que dejan el hábito.

Los pacientes con depresión que quieren dejar de fumar consumen un elevado número de cigarrillos, tienen una mayor dependencia de la nicotina y sufren más los síntomas de abstinencia durante el proceso de cesación tabáquica. Según el estudio, hasta ahora es mayor el porcentaje de mujeres que de hombres entre los participantes del programa. De hecho, la relación entre tabaquismo y depresión es más frecuente en las mujeres.

Contrariamente a las creencias populares, la abstinencia del tabaco mejora el estado de ánimo de las personas depresivas.