Izquierda Unida considera que Podemos ha dado largas cambiadas o ha rechazado abiertamente varios intentos por establecer acuerdos conjuntos que pudiesen resultar un motivo de presión ante el PSOE y así tender puentes a consensos amplios y estables de izquierdas en el parlamento asturiano. La actitud de la formación morada ha causado desánimo y preocupación entre dirigentes de la coalición de izquierdas, que comienzan a considerar muy difícil conseguir un "cambio de ciclo" en la escena política asturiana.
Izquierda Unida de Asturias se planteó, después de las pasadas elecciones generales de junio en las que IU y Podemos confluyeron electoralmente bajo la marca Unidos Podemos, "abrir vías para una confluencia no orgánica en la que pudiesen pactarse acuerdos y desacuerdos", según revelaron ayer fuentes de la coalición.
La propuesta lanzada por IU era la de establecer distintos grupos de trabajo, integrados por expertos propuestos por ambas formaciones, de modo que "las organizaciones se retirasen un paso". Se trataría de comisiones técnicas que evaluarían propuestas para formular una solución conjunta que, posteriormente, ambas formaciones compartirían. De ese modo, exhibiendo ante el PSOE un acuerdo ya tomado por ambas fuerzas sería más fácil presionar al gobierno para alcanzar acuerdos a tres bandas. Podemos e Izquierda Unida suman en el parlamento autonómico 14 diputados (9 de Podemos y 5 de IU), el mismo número con el que cuenta el PSOE.
Una de esas primeras comisiones planteadas por IU se refería a la política fiscal, como paso previo para forzar al PSOE a buscar un acuerdo amplio con las dos fuerzas de izquierdas de cara a la aprobación de los presupuestos. "La respuesta fue 'no'", explican fuentes de Izquierda Unida. Según esta versión, fue el portavoz de Podemos en la Junta General, Emilio León, quien trasladó la negativa al portavoz parlamentario de IU, Gaspar Llamazares.
Otros asuntos sobre los que también se intentaron acercamientos fueron la reforma de la ley electoral o medidas para mejorar las listas de espera. En todos los casos Izquierda Unida no recibió una respuesta favorable a que ambas formaciones se sentasen para idear una estrategia común: "Se trataba de buscar nuevos espacios de confluencia entre ambos partidos, de los que saliesen nuevas caras no tan marcadas como las de los dirigentes de cada formación política".
Para IU, esta actitud de Podemos supone "un bloqueo a la confluencia": un proceso que los dirigentes de Izquierda Unida consideran necesario tras concurrir de manera conjunta a las elecciones generales y que debe seguir un modelo "similar a las mareas gallegas". Es decir, cada partido puede mantener su seña de identidad, pero se establece un espacio común de acuerdos.
Izquierda Unida considera que este acercamiento a Podemos, de haber fructificado, habría tenido un sentido estratégico. A nadie se le escapa que la coalición de izquierdas ha endurecido la beligerancia parlamentaria contra el gobierno de Javier Fernández, una posición acordada en la coalición tras las últimas elecciones generales y que asumió Gaspar Llamazares.
"Pese a haber cuestionado públicamente la conjunción electoral con Podemos, Llamazares es favorable a una confluencia que dé pie a ese cambio de ciclo en el que compartan estrategia IU y la formación morada, pero en el que no puede dejarse de lado al PSOE", sostienen las fuentes consultadas. Para IU el cambio de ciclo en Asturias es "un mandato popular", que no puede abordarse de manera unilateral. "Su 'no' es desesperante por lo que tiene de viejo", aseguran fuentes de IU al referirse a la actitud de los podemistas.
Los mantras podemistas
Pero los dirigentes de Podemos han redoblado las críticas a los socialistas: reiterando los mantras habituales sobre la gestión de la obra del Musel o el caso Villa. Un movimiento similar y coordinado con el llevado a cabo por IU de Asturias se produjo en Gijón, donde la coalición de izquierdas ha convocado a una reunión a Xixón Sí Puede y al PSOE para valorar un año de mandato de la forista Carmen Moriyón.
