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Los refugiados sirios e iraquíes se preparan para encontrar un trabajo en Asturias

Los menores en edad escolar se están incorporando a las aulas a la vez que aprenden español y conocen la región

Los refugiados sirios e iraquíes se preparan para encontrar un trabajo en Asturias

Los refugiados sirios e iraquíes acogidos en Asturias pasarán un periodo de formación que les permitirá acceder a un puesto de trabajo en la región. Forma parte del procedimiento que se desarrolla durante los primeros seis meses de acogida, coincidiendo con la tarea de adaptación a su nuevo entorno. Algunos de los niños en edad escolar ya se han incorporando a las aulas.

"Son personas fuertes y emprendedoras, pero han sufrido mucho y necesitan tiempo para recomponerse a nivel emocional. Al sufrimiento de una dura experiencia de violencia y miedo en un contexto de conflicto durante años, se suma afrontar el reto de adaptarse a un país nuevo, con otro idioma, otra cultura, otras costumbres... Es muy duro".

Javier Mahía es el responsable territorial de ACCEM, la ONG que presta asilo en Avilés y Oviedo a 14 refugiados -5 de ellos niños de entre 1 y 6 años- procedentes de Siria, Irak y la República Centroafricana. En su papel de representante de la organización actúa también como portavoz de un colectivo que, por su situación, tiene garantizado el anonimato hasta que sean autónomos.

La mayoría de estos refugiados llegaron a Asturias el pasado 30 de mayo, y dos de ellos, que son hermanos, lo hicieron el 22 de junio. Están, por tanto, en lo que se denomina fase de acogida, que se prolonga durante los primeros seis meses. "El trabajo se centra en la atención emocional y psicológica, con intervención terapéutica si es necesario. También reciben clases de idioma -20 horas a la semana- y se dedica tiempo a que conozcan el medio, el entorno en el que están, la ciudad y el país, con sus costumbres, los hábitos de los ciudadanos, los recursos sanitarios y educativos, y también se analizan su cualificación profesional", explica Mahía. "Se hace un diagnóstico previo de las competencias profesionales con el objetivo de elaborar un itinerario laboral y formar a la persona o reorientarla para que sean empleables".

Durante este proceso, los refugiados reciben también apoyo jurídico para conseguir la condición que facilita el estatuto de refugiado político.

Los niños en edad escolar ya empezaron al colegio, un proceso que los expertos consideran fundamental para su inserción. "Se establece una tarea de coordinación con el equipo directivo, los profesores y el departamento de orientación del centro para que los menores tengan apoyo y seguimiento continuo. Ir al colegio facilita mucho la inserción, tanto a los pequeños como a sus padres, porque ayuda a romper posibles barreras con el entorno", asegura el responsable de ACCEM.

"Los profesores reciben una formación específica sobre lo que es el proceso de acogida y sus características, pero ayuda mucho que los niños tienen una facilidad de adaptación enorme para absorber contextos nuevos. Tienen una facilidad enorme para conocer un nuevo idioma, y los padres hacen un esfuerzo supremo por aprender", incide Mahía.

Tras superar estos seis primeros meses en pisos de acogida, pasan a la denominada fase de autonomía, para iniciar una vida independiente. Pero para eso aún falta.

"Están todavía en fase de aterrizaje y con la tensión de afrontar el nuevo reto de vivir en un país que no es el suyo, con su familia en muchos casos en el lugar del conflicto, y con un futuro incierto", asegura Mahía.

"Ven en televisión lo que ocurre en su país y siempre están agradeciendo la acogida que han tenido aquí. Pero siguen con dolor lo que ocurre en su tierra, donde muchos tienen aún a familiares. Y a la vez con la esperanza de recuperar la paz y poder regresar. No se debe de olvidar que vienen aquí obligados por la guerra, pero siempre tienen en mente volver", relata el responsable de ACCEM en Asturias.

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