Se calcula que entre Asturias y León hay unos 800 ciudadanos italianos residentes. La fiesta de anoche con el embajador de Italia en España, Stefano Sannino en el hotel Palacio de La Zoreda, a las afueras de Oviedo, fue una suerte de confraternización italo española, sobre todo gracias a los matrimonios mixtos. Se hablaba español, se hablaba en italiano y se hablaba una mezcla que todos entienden. Se notan los mismos orígenes y los mismos altos recursos verbales y gestuales.

No fueron muchos los italianos que atendieron a la convocatoria de su embajada, pero las aproximadamente setenta personas que se dieron cita en la recepción formaban un grupo personal y profesional de lo más variopinto.

Faltaban unos cuantos hosteleros radicados en Asturias, porque muchos no se pueden permitir el lujo de abandonar sus puestos de trabajo en una noche de septiembre casi veraniega. Y faltaba algún músico también por razones de actividad profesional, sobre todo en el área de la clásica.

A partir de ahí, la sala se llenó de empresarios, traductores, informáticos, algún funcionario, más de un jubilado y toda una representación de Italia en la Universidad de Oviedo. No es grande, pero sí selecta.

A saber: Roger Campione, profesor de Filosofía del Derecho; Luigi Toffolatti, profesor de Astrofísica; Antonello Novelli-Ciotti, profesor de Biopsicología; y Davide de Pietri, profesor de Derecho Internacional. Junto a ellos, un reciente y joven fichaje, Pietro Vischia, que está adscrito al grupo de Física de Partículas liderado por el catedrático Javier Cuevas.

Un grupo sin perfil

El cóctel tiene su ritual, un protocolo en el que el embajador recorre la sala y saluda a unos y otros. A su lado el cónsul para Asturias, Paolo Augusto Ercolani, que ejerció de intermediario. Cada cual tiene su historia, con Italia como telón de fondo, pero la visita de Stefano Sannino tenía ayer vocación de estreno y presentación. Fue nombrado embajador en España hace apenas unos meses. Por cierto, trabaja y vive en uno de los edificios más hermosos de todo Madrid, en la calle Lagasca.

De esos 800 italianos residentes entre las dos provincias norteñas, la mayor parte -unos 600- viven en Asturias, según calculan algunos de la representación trasalpina en el Principado, muy diseminada por la geografía astur pero también en el mapa sociológico y profesional de la región. "Imposible fijar un perfil del italiano en Asturias", aseguran en uno de los corrillos cuando se les pregunta a qué se dedican los italianos en la región. Mejor alejarse de tópicos de pizzería.

Las dos horas del encuentro del embajador y sus compatriotas dieron para mucho. Para plantear proyectos e ideas, para contar anécdotas, para hablar de fútbol y del último terremoto que dejó tanta herida abierta en Italia. Sannino se maneja a la perfección en castellano cuando es necesario. Hubo mención al alto número de estudiantes italianos de Erasmus que eligen la Universidad de Oviedo para su estancia. El interés es recíproco (universitarios asturianos en dirección a universidades de Italia), y bien que le presta a la directora de área de Europa, dentro del Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Proyección Internacional, Maite Fernández, que anoche estaba presente en la recepción.