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Una nueva larva de la triquinosis amenaza la carne de caza y la de los sanmartines

Los veterinarios alertan de que ni la congelación ni el cocinado eliminan un parásito que puede ser mortal

El Colegio de Veterinarios de Asturias alerta de que la aparición en España de una nueva especie de triquina, la larva que provoca la triquinosis, obliga a realizar análisis específicos de toda la carne de jabalí o de otras especies de caza que se vaya a destinar al consumo humano. Además, advierte de que el sistema de estudio tradicional no permite su detección.

Ni la congelación del producto ni su cocinado garantizan la muerte de esta triquina, que se reproduce en el intestino humano, circula a través de la sangre y puede originar insuficiencias cardíacas e, incluso, la muerte de las personas afectadas.

La elaboración casera de embutidos supone un peligro añadido, ya que el curado o ahumado de la carne tampoco consigue acabar con el peligroso parásito. La alerta es aplicable también a los cerdos sacrificados de forma casera en los tradicionales sanmartines que se realizan mayoritariamente en noviembre. Igualmente, resulta obligado el análisis para confirmar que no hay triquina.

Mayor riesgo

La sobrepoblación del jabalí y las cifras récord de ejemplares abatidos suponen un incremento del riesgo de consumir carne infectada por triquina. Para evitarlo, los cazadores deben llevar al veterinario una muestra de cien gramos de una de estas partes del animal: pilares de diafragma, músculo de la parte inferior de la pierna delantera o base de la lengua. Con ella, y a partir del método de digestión artificial, el único válido en este momento, se determina si hay presencia de la larva que produce la triquinosis.

El Colegio de Veterinarios de Asturias ha puesto en marcha unas jornadas prácticas sobre el uso del método de digestión artificial en el Laboratorio de Salud Pública. Están dirigidas a los veterinarios encargados de analizar la carne de jabalíes y de cerdos destinada al consumo en hogares. El sistema, que mejora el de las placas de compresión, simula las condiciones de digestión en el estómago. Después de diferentes procesos, se obtiene un filtrado que contiene las larvas en caso que la muestra fuera positiva.

"Es una imprudencia que los cazadores coman o regalen carne de caza que no haya sido analizada previamente", insisten en el Colegio de Veterinarios.

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