El 95% de los conductores del Principado afirma no haber suspendido nunca un examen psicotécnico y un 8% reconoce haber obtenido el "Apto" prácticamente sin hacerlo. Además, 49.500 automovilistas asturianos con deficiencias psicofísicas aseguran no haber visto reflejado su problema en el informe final.

Así las cosas, los asturianos desconfían de los mayores de 65 años cuando se ponen al volante. No en vano, 27.500 conductores son partidarios de retirarles el carné automáticamente a esa edad, 87.000 les prohibiría la conducción nocturna y 260.000 retirarían el carné a sus propios familiares. Un estudio empírico realizado por la Fundación Línea Directa en varios centros psicotécnicos, el 10% de los conductores de más de 65 años fueron "No Aptos" y casi el 70% tuvo algún tipo de restricción.

El estudio también ha servido para constatar que los conductores españoles desconfían de los exámenes psicotécnicos actuales como medio de testar las aptitudes psicofísicas de los automovilistas, ya que 13 millones de conductores exigen "más controles" a la Administración, 477.000 de ellos sólo en Asturias, y casi el 60% de los encuestados piensa que los exámenes psicotécnicos son "poco rigurosos", dato que sube hasta el 74% en el caso de los asturianos.

En general, los conductores asturianos piden más rigor: 477.000 automovilistas exigen más controles a la Administración sobre las aptitudes de los conductores, especialmente sobre los mayores de 65 años, para quienes reclaman que los reconocimientos sean anuales.

A pesar de los prejuicios que aún hay en la sociedad y de sus propias limitaciones, los conductores que superan la franja de los 65 años demuestran ser los más seguros. De hecho, registran cuatro veces menos accidentalidad que los menores de 25 años y menos de la mitad que los automovilistas de 35 a 44 años. ¿Las razones? Respetan más los límites de velocidad, no son tan agresivos en la conducción y aceptan mejor sus limitaciones, lo que les hace recorrer menos kilómetros y conducir más por el día. No obstante, el riesgo de morir cuando conducen en caso de accidente multiplica por 2,5 al del resto de conductores y la probabilidad de resultar herido grave es un 9% más alta que la de los demás automovilistas.