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Ni amnistía ni piqueta

Propietarios de Villaviciosa y Gozón, señalados como puntos negros de degradación litoral, rechazan correcciones o derribos en edificaciones de hace varias décadas

Un operario realizaba, ayer, obras en una urbanización de Rodiles. M. M. / A. F. V.

La advertencia que hacen los redactores del Plan de Costas acerca del alto nivel de degradación urbanística del entorno de Rodiles y de Misiegu no coge de sorpresa al alcalde de Villaviciosa, el socialista Alejandro Vega. Explica que "se trata de construciones antiguas, hace mucho que no se construye", por lo que defiende que "lo más importante es que se pusiera encima de la mesa financiación para poder actuar y mejorar estas zonas".

El regidor maliayés defiende que la planificación urbanística "es necesaria" pero tanto el Estado, en referencia a la Demarcación de Costas, como el Principado, "deben entender de una vez que con sólo protección no basta". Vega sostiene que "hay que poner en marcha planes serios con financiación para mejorar estas zonas de la costa", que tienen alto valor ambiental, como es el caso del entorno de la ría de Villaviciosa (reserva natural parcial) y cree necesarios para lograrlo "cambios en unas normativas que a la vista está que no están resolviendo los problemas".

El vecino Luis Orviz coincide en que "se necesita regular la situación". Construyó su vivienda en 1976 en Rodiles y fue testigo del "boom" urbanístico de la zona entre los 10 y 15 años siguientes, pues las edificaciones fueron aumentando hasta que en los 80 las administraciones quisieron poner freno a este desmán. Empezaron a proliferar las construcciones ilegales sobre las que la administración local hizo la vista gorda durante años. El concejal independiente, Rogelio Estrada, cuando se hizo cargo del área de Urbanismo, puso mano dura y tramitó varias órdenes de derribo de construcciones ilegales en el concejo. Pero en los cuatro años que estuvo en el gobierno (2007-2011) no le dio tiempo a poner la situación en orden. Basta dar un paseo por la zona para descubrir caravanas, vagones de tren e, incluso, chabolas que son vivienda.

Por el contrario, los vecinos de Gozón no ven "sangrante" la situación en su concejo. "Creo que ya hay suficiente protección. No es necesario aumentarla. Hoy en día no puedes mover una piedra sin tener que pedir mil permisos, y siempre te deniegan alguno de ellos", lamentó Carlos Vázquez, quien regenta un negocio hostelero en el entorno de Bañugues, una de las zonas señaladas por el Plan de Costas. "Quizá hace años se hicieron algunas chapuzas, pero no considero que aquí las haya", agregó el empresario. En la misma línea, José María López tampoco considera que Bañugues esté "castigado". "Lo que no entendería es que vecinos que tienen una casa o una propiedad desde hace años tengan que acometer algún tipo de obra en sus viviendas. Lo que está ahí, está. No deberían meterse con ello", sentenció este gozoniego.

José Luis Arbera, vecino de Avilés, posee una finca cerca de la playa de Antromero con una caravana, igual que una decena de vecinos. "Llevo aquí 30 años o más. Ya en su momento tuvimos que tirar seis metros de muro para dejar un camino de acceso que no viene a limpiar el Ayuntamiento ni nadie. Y ahora quieren más. No veo el motivo de tanta preocupación, no tiene ningún impacto visual", planteó Arbera.

Por su parte, el concejal de Cultura de Gozón, Manuel Hernández, celebró el plan de expropiaciones para recuperar yacimientos castreños, con el que su Ayuntamiento recuperaría el de Los Garabetales. "Me parece muy bien. Es algo que deberían hacer con todo este tipo de acciones ilegales, sobre todo cuando afectan a un emplazamiento arqueológico", expuso el edil sobre los restos, que se encuentran bajo una construcción prefabricada.

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