El cambio climático pone en riesgo la seguridad alimentaria de Europa, según alertaron ayer en Oviedo más de un centenar de veterinarios. El presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de España, Juan José Badiola, aseguró que los vectores que transmiten enfermedades a los animales están ampliando su área de distribución, como sucede con el mosquito tigre o la garrapata que causa la fiebre hemorrágica Crimea-Congo. Los expertos también abordaron en las jornadas, organizadas por la Asociación de Veterinarios Especialistas en Seguridad Alimentaria, la nueva "plaga" de la fauna salvaje. En este sentido, pidieron controlar su población, ya que, insistieron, "en sanidad animal está todo interrelacionado".

"La zona rural se está despoblando y eso implica un abandono del medio natural. Hay que hacer una buena gestión, porque al final todo está conectado. De nada sirve centrarnos en la granja de un ganadero y no prestar atención a la fauna silvestre, que es un vehículo de enfermedades", razonó el presidente de la Federación de Veterinarios Europeos, Rafael Laguens. Precisamente Bruselas insiste en el concepto "One Health" (una sola salud), que en palabras de Laguens significa "abordar la seguridad alimentaria desde todos los ámbitos", incluyendo también la fauna salvaje. Dentro de este grupo, los expertos aconsejan sobre todo vigilar al jabalí, cuyo mayor riesgo en Asturias es la triquinosis.

Juan José Badiola señaló que en el sur de España "el 50% de los ejemplares de esta especie están infectados de tuberculosis". En el Reino Unido sucede algo similar, pero con el tejón. El gobierno británico acaba de anunciar que en los próximos cinco años sacrificará a 50.000 ejemplares para intentar combatir la tuberculosis bovina, que genera enormes pérdidas económicas en el sector. Un camino, que según los expertos, tendría que estudiar España ante el preocupante aumento de la fauna silvestre.

Y a la misma velocidad a la que se reproducen los jabalís, llegan a nuestro país nuevos virus a consecuencia del cambio climático y la globalización. Badiola puso ayer el ejemplo de la ciguatera, una toxina localizada en microalgas de Canarias que se comen los peces. "Es un problema muy extendido por el Pacífico y se cree que llegó a España en las aguas de lastres de los barcos", comentó. Con el tiempo lo mismo pasará con otras enfermedades que rondan por el mundo, como el coronavirus, que afecta a Oriente Medio y "pronto saltará a Europa".