La exportación salva al castaño. Los empresarios asturianos aprecian una "ligera mejora" en las ventas de madera gracias a la creciente demanda extranjera. La patronal del sector, Asmadera, presentó ayer en Oviedo una guía sobre el castaño, con la que pretende "difundir" el uso de una especie arbórea que durante años estuvo "abandonada" por sus dificultades de secado e imperfecciones. Dos inconvenientes que la tecnología ha solventado y que posiciona al castaño como una apuesta segura para la construcción por su "durabilidad, estabilidad y atractivo estético", en palabras de la presidenta de la Asociación Asturiana de Empresarios Forestales, de la Madera y del Mueble (Asmadera), Susana Martín.

El castaño, recordó ayer la consejera de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, María Jesús Álvarez, es la especie forestal que mayor superficie ocupa en la región: 80.560 hectáreas. Sin embargo, muchos de los bosques están infectados de plagas, como el chancro, la tinta y ahora también la "avispilla" china. El Principado reforzará el control de estas enfermedades a través de la colaboración del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida) y el Centro Tecnológico Forestal y de la Madera (Cetemas). "Estamos haciendo un proyecto experimental con el chancro en los montes de Redes y también estamos trabajando en nuevas plagas. Se trata de adelantarnos y evitar que futuros parásitos mermen la actividad productiva", explicó la consejera. Álvarez defendió durante el acto de ayer "situar al castaño donde se merece", como también señaló el presidente del Cetemas, Juan Majada.

La responsable de Asmadera indicó que en Europa hay una conciencia ecologista que beneficia al castaño asturiano frente a las maderas tropicales, "que tienen un mayor impacto en la huella de carbono".