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Un destino que cambió Cascos al convocar elecciones anticipadas

Un destino que cambió Cascos al convocar elecciones anticipadas

El destino político de Javier Fernández dio un giro copernicano el 30 de enero de 2012 y todo por una decisión del que ha sido uno de sus mayores rivales políticos, Francisco Álvarez-Cascos. Aquella tarde decidió poner fin a su breve gobierno al frente del Principado y convocar elecciones anticipadas, las segundas en 10 meses en Asturias. Sin esa decisión, hoy Javier Fernández no sería presidente regional, no estaría al frente de la Federación Socialista Asturiana y, mucho menos hubiera sido elegido para capitanear el PSOE en la más procelosa de sus travesías recientes.

Javier Fernández se encontraba en el invierno de 2012 en el final de su carrera política orgánica, ya que como secretario general de la FSA afrontaba su tercer mandato y, por los estatutos del PSOE, no podía optar a un cuarto, posibilidad que sólo se da a los secretarios generales que son presidentes de su comunidad autónoma. Había perdido las elecciones autonómicas en escaños, que no en votos, ante la irrupción del nuevo partido de Cascos en el escenario político asturiano y cuentan que en su primera reunión en la Junta General con el dirigente forista ya asumió que no iba a ser nunca presidente de Asturias.

Con el congreso federal de Sevilla en el horizonte, Javier Fernández tenía los días contados en la estructura del PSOE. Pero las elecciones anticipadas de Cascos dieron al ingeniero de minas una segunda oportunidad. Su candidatura se impuso en los comicios autonómicos de 2012 y le valió, previo pacto con IU y UPyD para sacar adelante una investidura que, automáticamente, le garantizó la secretaría general de la FSA y lo más importante aún, le convertía, junto a a la andaluza Susana Díaz, en el único presidente autonómico socialista, todo un referente en una de las peores travesías del desierto que recuerda el PSOE, con un mapa autonómico claramente teñido por el azul del PP.

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