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Los dramas de Pajares

Los túneles de la centenaria rampa ferroviaria han sufrido dos graves accidentes, uno con siete muertos y otro con cinco

El descarrilamiento del Alvia que cubría el trayecto entre Barcelona y Gijón el pasado 30 de septiembre en un túnel del paso de Pajares se saldó con una mujer herida leve, pero el suceso trajo a la memoria de los ferroviarios más veteranos otros accidentes en la centenaria rampa cuyos resultados fueron mucho más graves, incluyendo varias víctimas mortales.

El suceso más funesto se registró el 27 de septiembre de 1978, cuando un tren cisterna cargado con cientos de miles de litros de combustible se incendió en el túnel de Congostinas. Murieron los siete miembros de la brigada de vía y obras que estaban trabajando para retirar el convoy averiado cuando se iniciaron las llamas. Casi treinta años antes, el 3 de diciembre de 1950, perecieron cinco viajeros del tren correo Gijón-Madrid, incendiado en otro túnel del tendido ferroviario entre Asturias y la Meseta.

A las dos de la madrugada del 27 de septiembre de 1978 se detenía por avería en el túnel de Congostinas un tren que transportaba 700.000 litros de combustible desde el puerto gijonés de El Musel hasta Zamora. Los responsable de Renfe en Oviedo decidieron enviar entonces una máquina diesel de rescate, para sacar el tren del túnel y averiguar qué problema tenía. Sin embargo, en el momento de enganchar el convoy a la locomotora se produjo una pavorosa explosión que carbonizó a siete ferroviarios.

La Brigada Minera tuvo que hacerse cargo de sofocar el incendio, para lo que fue necesario inundar por completo el túnel afectado.

El comité de empresa de Renfe denunció que los trabajadores ya habían puesto de manifiesto el mal estado de los túneles de Pajares, por el "abandono de su mantenimiento, a consecuencia de la irracional política de reducción de plantillas, que ha dejado diezmados los equipos encargados de su reparación y mantenimiento".

El otro gran percance en un túnel de Pajares del que tienen recuerdo los ferroviarios asturianos tuvo al correo Gijón-Madrid del 3 de diciembre de 1950 como triste protagonista. Un incendio que se inició en el coche de viajeros de primera clase se propagó rápidamente al compartimento del correo y a otro de tercera, obligando al convoy a detenerse en un paso subterráneo. Murieron cinco pasajeros y otros 17 resultaron heridos de diversa consideración mientras trataban de escapar a toda prisa del túnel, invadido por el humo.

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