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ELÍAS FERERES | Presidente de la Real Academia de Ingeniería y del Comité Internacional de Academias de Ingeniería y Tecnología

"Los estudios de ingeniería requieren un esfuerzo extra que no se recompensa"

"Es bueno tener gente fuera, pero también hacen falta mecanismos para que, cuando quieran regresar, puedan hacerlo"

Elías Fereres, en el hotel de la Reconquista, en Oviedo. LAURA CARADUJE

Elías Fereres Castell acaba de inaugurar su segundo mandato como presidente de la Real Academia de Ingeniería de España. A partir del 1 de enero presidirá además las 26 academias reunidas en el Comité Internacional de Academias de Ingeniería y Tecnología. Fereres, catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la Universidad de Córdoba y coordinador de un grupo de investigación en el Instituto de Agricultura Sostenible, participó en la década de los ochenta en la definición del modelo de Ciencia y Tecnología para nuestro país. En 1991 fue nombrado presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y, posteriormente, secretario de Estado de Universidades e Investigación (1992-1994). Además, es asesor de diversos organismos internacionales, en especial de la FAO.

-¿Por qué las chicas no quieren ser ingenieras?

-Es un problema global de todas las academias de ingeniería, aunque la verdad es que en España están bien situadas, donde son un 25%, una tasa incluso más alta que en otros países avanzados, pero a nosotros nos parece insuficiente. En ingeniería agrónoma o de montes son más, se acercan al 50%, pero en otras áreas, como informática, hay una tasa muy baja de mujeres. Tenemos que ver cómo fomentar esas vocaciones.

-¿A qué atribuyen esa escasez de mujeres en las carreras técnicas?

-En general, los estudios de ingeniería requieren un esfuerzo superior a otros y, hoy día, la sociedad no lo recompensa como antes. Aunque hay mucha demanda de ingenieros no se ve ese reconocimiento y los jóvenes no se sienten tan atraídos como antes. Las mujeres, que son prácticas, pues mucho menos. En este punto tenemos que trabajar en los programas con los institutos para que haya más y mejor información sobre qué significa nuestra profesión.

-¿Cuáles son las áreas con más futuro en la ingeniería?

-La tecnología se desarrolla tan rápido que ahora hay una demanda mundial de todo lo que tiene que ver con el software, telecomunicaciones y aeronáutica. En Asia están realizando mucho esfuerzo en formar ingenieros. También la bioingeniería ofrece un futuro muy prometedor, y hay demanda. Hoy en día es habitual la interacción entre varias disciplinas.

-Hablan de replantearse cuestiones de ética para este año de presidencia en el comité internacional. ¿A qué conflictos de tipo ético se exponen los ingenieros?

-En infraestructuras, cuando realizamos análisis de riesgos vemos que es imposible alcanzar que una determinada obra llegue a "riesgo cero", pero hay que estudiar cuánta inversión es necesaria realizar para reducir a mínimos esos riesgos con el objetivo de prevenir accidentes y problemas por terremotos u otros eventos. Los cambios en el clima nos hacen reconsiderar muchas cosas.

-¿Qué me dice de los transgénicos?

-Conviene participar de ese debate. Con la experiencia que se posee hemos visto que tienen un comportamiento muy favorable para reducir los costes de producción y el uso de pesticidas, y, aunque la Unión Europea no los necesita, en el futuro podríamos utilizarlos en las producciones de maíz para reducir el uso de pesticidas. Después de tantos años, hemos visto que no son más peligrosos que los cultivos normales.

-¿Cuáles son los retos de la ingeniería para este siglo?

-Sobre todo, temas de energías renovables. La bajada actual del precio del petróleo es temporal. Responde a una lucha entre las diferentes tecnologías porque el desarrollo del "fracking" trajo aparejado una reducción de los precios de los combustibles fósiles. Nuestra sociedad tiene una demanda energética muy alta y hay que seguir investigando para anticiparnos a posibles cambios.

-Y en España, ¿qué tipo de soluciones ofrecen más oportunidades?

-La idea es ir hacia sistemas económicamente más rentables. La eólica y la solar están mejorando sus niveles de rentabilidad y retorno. Hay que investigar para hacerlos más competitivos frente a los sistemas tradicionales.

-Como expresidente del CSIC, ¿cómo ve la situación de la ciencia en España?

-La situación no es nada buena. Ha habido un frenazo importante desde 2008 por los recortes a la ciencia, que requiere precisamente de lo contrario, inversiones sostenidas. De entre los que se han quedado en España en esta época vemos que ahora trabajan con más dificultad que hace diez años. La deriva que ha tomado es bastante negativa y la sociedad no reacciona. No invertimos lo suficiente en ciencia, pero no sólo desde el sector público. La empresa privada sigue sin creer que la inversión en I+D le puede beneficiar. Habría que cambiarlo. En los ochenta se logró un avance importante y desde 2008 hemos frenado en seco en un mundo donde nada está parado. En otros países ya superan el objetivo de inversión del 2% del PIB en I+D, mientras que en España no llegamos al 1,4%.

-En ese contexto, ¿qué papel llevan a cabo los ingenieros?

-La repercusión es que España se está convirtiendo en un país menos productivo y competitivo, pero los ingenieros seguirán trabajando aquí o fuera de España.

-¿Cree necesario impulsar planes de retorno del talento?

-Creo que es bueno tener gente fuera, pero sí hacen falta mecanismos para que, cuando quieran volver, puedan hacerlo. Ahora mismo hay poca oferta para repatriar a los que se han ido.

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