La conveniencia de luchar contra el fuego acotando al pastoreo los montes quemados escenificó ayer en la Junta General del Principado la discrepancia entre los ganaderos, unánimemente favorables a la supresión de la medida que se debate en la cámara, y la opción por su mantenimiento manifestada por los representantes de la guardería del medio natural. Las comparecencias sobre la modificación de la Ley de Montes para eliminar los acotados transitaron ayer desde la convicción de los colectivos de ganaderos de que cerrar al pasto las áreas calcinadas "no ha funcionado" ni ecológicamente, ni como remedio para atajar los incendios, ni como castigo "fascistoide" al colectivo hasta la réplica de los guardas, presidida por alguna sensación de que "el pastoreo es incompatible con la recuperación de la cubierta vegetal" en el monte que se quema. En medio, expertos juristas hicieron propia la postura favorable a la supresión y algunas opiniones técnicas expuestas desde la ingeniería forestal defendieron la utilidad del acotado.

En una larga sesión de 21 intervenciones a propuesta de los grupos de la Junta, la versión de la ineficacia del acotado fue monolíticamente defendida por los ganaderos. "Los acotamientos no han funcionado", remarcó Juan Antonio Valladares, de Asturias Ganadera, remitiéndose a las pruebas y blandiendo estudios técnicos. "Está probado que sirven muy poco o nada en cuestión de regeneración", le acompañó Alfonso Artidiello, secretario de la Junta Administrativa del Puerto del Sueve, que denostó la medida porque "criminaliza a los ganaderos" y sostuvo que la solución "no es criminalizar, sino prevenir limpiando y haciendo quemas controladas". A favor de la supresión de los acotamientos se manifestó asimismo el alcalde de Sobrescobio, Marcelino Martínez, que comparecía en representación de la Federación Asturiana de Concejos (FACC).

El bando contrario encontró a la representación sindical de la guardería, allí donde Bruno López (CC OO) destacó, por ejemplo, que siete de cada diez incendios "tienen relación con la mejora de pastos" o que conviene acotar el uso del fuego como "herramienta para la generación del pastizal". El ingeniero de montes Adolfo Blanco avaló la defensa de esta postura sosteniendo que "el funcionamiento hidrológico del suelo no se recupera hasta 4 años después" de un incendio, y Mario Quevedo, profesor de Ecología, consideró "importante evitar que el tránsito de los herbívoros añada erosión a la ya provocada por el fuego".