"Es como un jarabe que no te gusta pero que te lo tienes que tomar". En las filas del socialismo asturiano comparan el trago que supone abstenerse en la sesión de investidura de Mariano Rajoy con la evitación de un mal mayor, para el partido y para España, que acarrearía la convocatoria de unas terceras elecciones generales en apenas un año.
Las asambleas y reuniones informativas promovidas en la última semana, ya sea a instancias de las agrupaciones locales o de la ejecutiva de la Federación Socialista Asturiana, han puesto de manifiesto las discrepancias sobre la posición que deben adoptar los diputados del principal partido de la oposición. En las asambleas es mayoritario el "no" a Rajoy, defendido a ultranza por la ejecutiva de Pedro Sánchez durante nueve meses, pero en las reuniones informativas los argumentos expuestos por la dirección, idénticos a los de Javier Fernández, secretario general de la FSA y presidente de la gestora del PSOE, han servido de contrapeso.
El debate que no cesa desde el polémico comité federal que desembocó en la dimisión de Sánchez y la constitución de la gestora continuará hasta, por lo menos, el próximo comité federal del que saldrá la decisión del PSOE sobre la abstención. Entre tanto, la agrupación socialista de Oviedo celebrará su asamblea en el lunes y ese mismo día la dirección regional expondrá sus argumentos sobre el escenario político a evitar en Luarca. "Lo que no puede ser es que a gente con más de 40 años de militancia en la izquierda, nos acusen de dar paso a un gobierno de derechas", lamenta un veterano de las lides políticas y sindicales, convencido de que "el partido necesita tiempo para recuperarse". En lo que coinciden unos y otros, en las asambleas y en las reuniones informativas, es en lamentar "el circo" del comité federal. Habrá que ver si ese consenso mínimo sirve para evitar otro esperpento. Como con el jarabe que sabe mal, su valía depende de que surta efecto.
