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Lealtades cruzadas

La crisis socialista trastoca las afinidades de Javier Fernández con Vicente Álvarez Areces y María Luisa Carcedo

Aquello de la política y su capacidad para juntar extraños compañeros de cama, que el imaginario popular atribuye a Winston Churchill, ha tenido notables ejemplos prácticos de verosimilitud.

En esta crisis del PSOE que todo lo revuelve habría incluso alguna posibilidad de reformular el aforismo, o de enriquecerlo con la sensación de que a veces los compañeros no parecen tan extraños, pero van y vienen de la cama. El caso es que además de "coser", los que tratan de suturar la enorme herida abierta en el partido, con Javier Fernández al frente, han tejido alianzas hasta hace poco tiempo insólitas dentro del socialismo asturiano.

Por el camino de la reconstrucción se le han cruzado a Fernández las lealtades de la hoy senadora María Luisa Carcedo, en otro tiempo mano derecha del líder socialista asturiano y ahora desconectada de él en el bando del "no" a Rajoy, con las de Vicente Álvarez Areces, el nuevo portavoz en el Senado, ese nuevo aliado estratégico que se ha echado Fernández en la labor de reconstrucción emprendida desde Ferraz, pero que no siempre tuvo un lugar en el aprecio del hoy doble presidente de Principado y gestora. En otras crisis del partido, de hecho, los papeles eran otros. En torno al cambio de siglo, Fernández y Carcedo estaban del mismo lado, que entonces era también el del hoy defenestrado José Ángel Fernández Villa, y los dos hacían contrapeso a Areces en el juego de liderazgos del partido, particularmente intensos en la agrupación gijonesa a la que pertenecen todos ellos.

Han querido el tiempo y las veleidades de la política que cambien las tornas, que Javier Fernández y Areces combatan ahora en el mismo bando y que incluso quepa la posibilidad de que el nuevo líder del socialismo nacional pueda llegar a servirse de la influencia del expresidente Areces en Gijón para apaciguar a la más que dividida agrupación mayoritaria del PSOE asturiano, pero habrá de hacerlo ahora, cosas del destino, dándole la vuelta al procedimiento, empleando la autoridad del expresidente del Principado frente a la facción de Carcedo y no, como en otro tiempo, a la inversa.

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