El calvario de salud de José Ángel Fernández Villa continúa. Los médicos han decidido mantener al antiguo secretario general del SOMA ingresado en la planta de Medicina Interna del Hospital Universitario Central de Asturias, con el fin de practicarle nuevas pruebas y determinar qué le provocó el desmayo sufrido en la noche del pasado miércoles. Le han hecho pruebas neurológicas y también cardíacas, según confirmó ayer su mujer, María Jesús Iglesias. Otra familiar del exsindicalista aseguró que Villa recupera a intervalos la consciencia, para luego perder el conocimiento en la cama del HUCA donde una testigo pudo verle ayer literalmente en estado "catatónico". Para ilustrar el estado en el que Villa se encuentra, su mujer no pudo ser más gráfica: "Está convencido de que va a volver al sindicato, y cree que han ido a verle para que sea el número tres en la lista de Pedro Sánchez".

Iglesias se mostró indignada ante la sola idea de que se piense que el ingreso de su marido tiene que ver con la decisión de la Audiencia de someterle a un nuevo examen neurológico: "Nosotros no le decimos nada de cómo va juicio, porque empieza a echarnos la culpa". Villa ha llegado a echarles en cara cosas muy dolorosas. "Nos dijo que lo tenemos encerrado", indicó la mujer, quien confesó que la enfermedad que sufre el exsindicalista está causando un gran sufrimiento en la familia. Ella misma acusa, incluso físicamente, el desgaste.

Villa está sumido en la confusión. "No sabe dónde está ahora mismo, está a su bola", aseguró Iglesias a las puertas del HUCA, en uno de los breves momentos que se permite alejarse de su marido. Junto a ella también está un hermano del exsindicalista.

La esposa de Fernández Villa aseguró que su marido solo escucha la radio, ni lee los periódicos ni ve la televisión. Aún así está desconectado de su proceso judicial. "No sabe ni que tiene que hacer un nuevo examen con el neurólogo", explicó María Jesús Iglesias. La mujer retrotrajo los problemas de salud de su marido ya al año 2012, a las últimas movilizaciones mineras que culminaron con la marcha a Madrid. "Ya entonces me decían que no sabía ni por dónde entraba ni por dónde salía, que no estaba bien", relató la mujer. A partir de ahí, de mal en peor. "Se acuerda de cosas pasadas, pero cree que son de hace dos meses", añadió.

Villa -que está investigado por el Juzgado número 2 de Oviedo a raíz de un querella por apropiación indebida presentada por el SOMA, después de que el exsindicalista regularizase 1,2 millones de euros en la amnistía fiscal del Gobierno Rajoy- nunca hablaba de dinero con la familia, según su esposa, que se mostró indignada con el trato recibido por sus hijos. "Que investiguen al padre, pero dejen en paz a ellos", llegó a decir, para luego rechazar que se le haga a Villa un nuevo examen, al entender que ya hay informes de sobra en la causa.