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La "operación triunfo" del directivo global

El despacho de abogados Ontier "aísla" tres días en Oviedo a 26 aspirantes para observar "cómo trabajan y cómo son"

Fernando Gómez, durante una de las pruebas. LUISMA MURIAS

Hay teatro en un despacho de abogados. En escena, bajo un graderío circular, la actriz Athenea Mata reparte y retira la palabra, dirige el casting pidiendo a los participantes que cambien constantemente de papeles. A toda prisa. La misma persona defiende y desmonta la pena de muerte, el matrimonio, la avenida inminente del fin del mundo. En la nueva sede ovetense de Ontier, uno de los mayores grupos de abogacía del país, se decide la fase final de un proceso de selección de personal. Más bien de una estrategia singular de "captación de talento" que nunca, que sepa el abogado ovetense Bernardo Gutiérrez de la Roza, "se había hecho antes en el mundo". El fundador y consejero delegado de Ontier habla con entusiasmo de los tres días frenéticos que desde el jueves y hasta ayer han pasado en Oviedo los 26 finalistas del "proyecto mayonesa". Sin parar de prueba en prueba, muchas tan alejadas de lo convencional como la improvisación y la catarsis teatral. Tienen perfiles profesionales diversos, diez nacionalidades distintas y la ambición común de dirigir la extensión de la presencia internacional del despacho.

Todo esto empezó en junio con un escueto cebo enigmático distribuido por todo el mundo en medios de comunicación y redes sociales sin identificar al emisor del mensaje. "Quiero cambiar de vida". Sin más. Diez días después, Ontier salió de detrás del eslogan y desveló que buscaba "country managers", en su nomenclatura algo así como el director comercial que abra mercados y tutele la expansión de una firma que ya tiene presencia en trece países de tres continentes. Seleccionaron a 1.500 aspirantes, después a 297 y ahora les quedan estos 26, no sólo licenciados en Derecho de diez nacionalidades, sobre todo españoles y latinoamericanos, pero también italianos u holandeses, dos asturianos, todos con el requisito imprescindible del dominio bilingüe del español y el inglés. Apenas sabían a lo que venían. Se les ha sometido a un intenso examen sorpresa de tres días de convivencia constante con un potente componente formativo, a un Gran Hermano peculiar, a un "Masterchef" o una "Operación Triunfo" de directivos que optan a un número de puestos también indeterminado para trabajar en todavía no saben qué países.

Los Marines y la espicha

Con la presión del tiempo encima y bajo los ojos de un jurado les han llevado a visitar grandes empresas asturianas -Alsa, CAPSA, GAM-, para las que han debido confeccionar simulaciones reales de planes de crecimiento o expansión. Han recibido lecciones de desenvoltura en momentos críticos de parte de un exteniente coronel de los Marines, Robert Rehder, pero también se han cogido de las manos con los ojos cerrados en el centro del escenario y han tenido todos los días espicha, cena y copas, aunque siempre con la condición esencial de que al día siguiente todo volvía a empezar a las ocho y media de la mañana. Ayer, la traca final pedía un proyecto real, un "qué harías tú para expandir Ontier en un país donde aún no se haya instalado". "Siempre son casos reales", precisa Gutiérrez de la Roza, "con un tiempo muy limitado y una presión tremenda para que nos transmitan su forma de ser, cómo trabajan en equipo, cómo piensan, si tienen o no iniciativa?".

Esto podría haber pasado en Londres, la sede central de la empresa, adonde se llega infinitamente mejor desde el resto del mundo, pero "forzamos para que fuera Oviedo", en el origen del despacho, para sacar a los aspirantes de su rutina y que vinieran a aislarse del mundo a una ciudad bonita y manejable donde pudieran concentrarse sólo en esto".

Se trataba de conseguir que la forma remitiera al fondo, las pruebas al tipo de perfil que se busca, y cuando planteamos la idea "alguna agencia de comunicación nos dijo que era la más loca que habían escuchado". El problema es que esta selección peculiar desbordaba las capacidades de una empresa que ha desarrollado cierta pericia para identificar talento técnico, pero que aquí pisaba terreno desconocido. No buscan abogados, o no sólo. Un "country manager" llegará solo a un país extraño y necesita, a la vista de Gutiérrez de la Roza, sólo tres ingredientes, pero difíciles de ligar, como la mayonesa. "Debe saber transmitir la cultura y valores del despacho, gestionar y organizar una empresa y generar confianza en el cliente". Se buscan personas más que profesionales. "Por eso es tan complicado", por eso los buscan así.

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