Alberto Reigada (Vegadeo, 1951) culmina sus "Memorias" para LA NUEVA ESPAÑA.

Bandera y Santina. "En Roma coincidimos los asturianos José Emilio Díaz, Kiko Álvarez, Abundio Martínez y Andrés Pérez. De todos me hice muy amigo y todos los viernes nos juntábamos y formábamos la 'congregatio asturiense'. Teníamos una bandera de Asturias, una Santina y un vaso de sidra. Vivíamos muy austeramente, pero la gente cree que estás en Roma y vas a tomar el café con el Papa. Teníamos 8.000 pesetas al mes, para todo, pero sólo los libros eran carísimos. Mi madre siempre me ponía en la maleta un dinero, pero yo nunca lo quería. Y me lo mandaba a Roma: 'Esto es para que tomes algo y para que me llames todos los domingos; quiero más una llamada tuya que salir con las amigas a tomar un café'".

"Roma veduta". "En las clases había alumnos de todo el mundo y teníamos unos profesores magníficos, como Bertone y Amato, que ahora son cardenales. Amato vino a Oviedo el otro día, a las beatificaciones de Nembra, y le saludé. Hice la tesina final sobre algo que sirviera para la diócesis: 'Los planes pastorales de la Iglesia de Asturias'. Después de 26 años sigo teniendo contacto con amigos de todas las diócesis de España que fueron mis compañeros. Se dice que 'Roma veduta, fede perduta', vista Roma, perdida la fe, pero Roma aumentó mi fe. Volví en 1990 y fui a ver a don Gabino: 'Tienes buena mano con los jóvenes y vas a crear la Delegación de Pastoral Juvenil, y tienes que dar clases de Pastoral en el Seminario y encargarte de la Vicaría Sur". Era mucho: '¿Y para la noche no está libre la Adoración Nocturna?'. 'Vaya, vienes de Roma con sentido del humor'. Me dejó Juventud y las clases. Había jóvenes en casi todas las parroquias, sobre todo en Gijón y Avilés. Trabajamos con los animadores de pastoral juvenil e hicimos una encuesta sobre los jóvenes de Asturias. Para ello llamé a Kiko y a José Manuel Parrilla, también sociólogo".

La tele grande. "Estaba en eso cuando mi madre tuvo dos ictus y quedó totalmente dependiente. Mi hermana y yo decidimos llevarla a casa, a Grado. Le dije a don Gabino: 'Necesito un tiempo para cuidarla de noche'. 'Bueno, sigue dando las clases y vamos a meter a un joven contigo en Pastoral para que vaya instruyéndose'. Fue Luis Pinero. Los fines de semana sacaba a mi madre a dar un paseo y siempre iban conmigo José Emilio y Kiko, para ayudarme con la silla de ruedas. Esos fines de semana iba de cura a Castañedo, que la llamaban la 'Rusia de Grao', con un secretario del PC que no quería que las hijas hicieran la comunión y al final aceptó. Y fui a las Coruxas, un pueblo aislado donde había gente que nunca había venido a Oviedo o al cine. En Navidades hice una excursión a Oviedo con los pocos niños que había y vimos una película. Una nena dijo: '¡Alberto, vaya tele más grande, eh!'".

Director laico. "Mi madre estuvo tres años y pico en ese estado. En 1994 se jubila Domingo Benavides en Cáritas y don Gabino me dijo: 'Oye, Cáritas Diocesana es un buque insignia de la Iglesia y tú puedes hacer un buen trabajo'. 'Pero si no estudié Doctrina Social'. 'Nada, hay que hacer una Cáritas menos clerical, con más participación de los laicos, con estatutos nuevos, y tienes que ir trabajando para que haya un director laico'. Nada más llegar iniciamos una Escuela de Formación del Voluntariado, por la que pasaron a formarse dos mil y pico personas. Y engarzamos con la Escuela Social, que llevaban Higarza, Parrilla y Kiko. Hicimos un montón de estudios y uno de Kiko fue premiado por el Imserso: 'Las condiciones de vida de la población pobre de Colunga/Caravia'. Otro fue sobre el paro en Avilés o la desindustrialización en La Calzada (Gijón). El primer director laico fue Publio Lorenzana, elegido democráticamente. Yo le llevaba una terna a don Gabino y él me preguntaba por cada candidato. Cáritas empezó a coger mucho volumen. En 2000 surge un conflicto en Cáritas Avilés en contra de los estatutos y de que el director fuera laico. Hubo bastante revuelo y don Gabino decía: 'Lo que estáis haciendo es lo correcto; el director laico no puede quedar ninguneado y no te preocupes, que no van a por ti, van a por mí, saben que ya me queda poco". A Publio le sucedió Mercedes González (hoy concejala en el Ayuntamiento de Oviedo), y también fue por elección. Continuó de secretario Fernando Casielles, muy capaz, y que después fue jefe de gabinete de la consejera Laura González".

Credibilidad. "Cuando sucedió lo de Avilés, le dije a don Gabino que prefería ir a una parroquia. 'No me dejes', me dijo él. Se le habían muerto Pepito, el administrador, y el vicario general, Alberto Fernández García-Argüelles. La credibilidad de Cáritas era completa y ninguna puerta se me cerró. Negocié con el PP en los ayuntamiento, y en el Principado, con PSOE y URAS (el consejero Antonio Cueto fue maravilloso). Hicimos un estudio sobre el chabolismo en Oviedo y me gané la antipatía de Gabino de Lorenzo porque salió la verdad. Una ciudad que se lo gasta en farolas ¿no podía hacer 34 casas que eran las necesarias para erradicar el chabolismo? Me llamó: 'Don Alberto, no me esperaba esto de usted'. 'Habíamos quedado con usted para presentárselo y no acudió'. 'Me lo tenía que haber contado un día, por ejemplo, cenando'. 'Esto no es un asunto de cenas'. Fui a ver a don Gabino, que me comentó: 'No te preocupes, hiciste lo que tenías que hacer; no obstante, si él da la guerra con esto yo saco los datos en la homilía del Corpus'. No fue necesario. Se pusieron a trabajar y el chabolismo se erradicó. Ahora ha vuelto".

¿Conversión? "Viene Osoro en 2002, visita Cáritas y nos dice: 'Tenéis que ayudarme, porque de lo social no sé nada'. 'Sí, pero creo que mi tiempo ya acabó'. Se reunió en Oviedo el Ecofin, el consejo de ministros de Economía de la UE, y la HOAC, Acción Católica, Justicia y Paz, el Secretariado Social y Cáritas elaboramos una nota con palabras del Papa, con doctrina segura. Se la entregamos y nos dijo: 'No quiero saber nada de esto; ya lo consulté con un cargo de Roma'. Todo lo social le sonaba a chino, y cerró la Escuela Social. Por eso a mí me sorprende mucho su cambio con el Papa Francisco. ¿Una conversión? No lo sé. Al cabo de un tiempo Osoro me dijo: 'Como quieres parroquia te propongo la Tenderina'. 'Acepto'. '¿Cómo que aceptas?, porque tus amigos me dijeron que no ibas aceptar, que era poco para ti'. 'Mire usted, un amigo mío nunca le diría eso; para aspirar ya lo hubiera hecho con don Gabino'. 'Pues no te acepto que lo aceptes; tienes que pensarlo'. Más tarde, me recibe en la curia y llama a José Emilio para que estuviese presente (sabía que éramos muy amigos) y le dice: 'Este Alberto, que quiere dejar Cáritas; luego no me digas que yo te echo'. Fue todo muy teatral; él quería que hubiera un testigo ante el que decir que no me echaba. Y vine a la Tenderina".

Claves políticas. "Vino el arzobispo don Jesús en 2010, y me llamó un día: 'Quiero culminar el Sínodo y que seas ponente. Hasta entonces había una comisión de más de 20 personas. 'A muita xente nin pra guerra e boa', mucha gente ni para la guerra es buena. Un equipo de ocho laicos trabajó conmigo en Infancia, Jóvenes y Familia. Nos encontramos con 12.000 propuestas y el trabajo de síntesis fue enorme. Me volvió a llamar don Jesús: 'Quiero nombrarte vicario'. '¿Y puedo seguir en la parroquia?'. 'Sí, y te pido que aceptes y confíes'. Tuvimos la primera reunión de vicarios y él nos dio total confianza. Sanz es un hombre que parece frío, pero es cariñoso. Le dije que se fijase en que Asturias es tierra de cierto entendimiento político y me confesó: 'Asturias me está cambiando y estoy conociendo otras claves en el ámbito político'. Don Jesús es un hombre muy inteligente, escucha mucho y toma sus decisiones".

La Tenderina espera. "Tuve un ictus y me aconsejaron dejar parte del trabajo. Al principio no podía ni caminar. Fue en el cerebelo y me dijo el médico: 'Has tenido suerte y te vas a ir recuperando'. Tardé dos meses, y estuve en casa de mi hermana; me han quedado algunas secuelas, pero pequeñas. Don Jesús fue atentísimo y me visitó varias veces. Le dije: 'Llegué a estresarme entre el sínodo, el plan pastoral y la vicaría, pero quiero seguir con la parroquia'. Lo aceptó. Estoy muy a gusto en la Tenderina, una parroquia viva, activa, con mucha colaboración, con los Estudiantes?, pero lleva esperando una ampliación desde 1959. La iglesia se nos queda pequeña. El Obispado tiene que echar una mano. Confío mucho en ello".