La asamblea extraordinaria de la Agrupación Socialista de Oviedo (AMSO) dejó en evidencia la tensión y la fractura dentro del PSOE. La escenificó claramente cuando un grupo de militantes, sobre todo los más partidarios de las tesis de la gestora y de Javier Fernández, abandonó la sala en desacuerdo con la pretensión de que se votase una resolución "de urgencia" que no estaba en el orden del día, que fue presentada por tres afiliados y que planteaba "solicitar a la gestora y al Comité Federal el mantenimiento de la posición de negativa al gobierno del PP". La propuesta fue admitida, se votó y se aprobó por abrumadora mayoría -95 votos a favor, cinco en contra y cinco abstenciones-, pero cuando ya un nutrido grupo de militantes había dejado la asamblea disminuida y se había marchado visiblemente contrariado y haciendo a sus antagonistas acusaciones de "trampa" y de cercenar el debate.

El cónclave había abarrotado el salón de actos de la sede socialista ovetense y se tensó en la discusión sobre el procedimiento. Nada decía de votaciones el orden del día -preveía el "debate de la situación política nacional"- y a eso se agarraron los afectos a la gestora: el artículo cinco del Reglamento de Asambleas establece que en las extraordinarias, como ésta, "sólo podrán tratarse los asuntos fijados en el orden del día de la convocatoria". Los promotores de la resolución la presentaron amparados, adujeron, en el 21, que permite que se discutan "proposiciones de urgencia" cuando así se estime "por la importancia o premura del asunto". Los partidarios de la abstención pusieron en duda que concurriese urgencia en este debate que lleva varios meses vivo y al final la discusión sobre la licitud del voto llevó la asamblea a la ruptura. Llegó a escucharse la rocambolesca propuesta de someter a votación si se sometía a votación la resolución y todo se torció del todo desde que buena parte de los asistentes desfiló hacia la salida. Entre otros muchos la diputada Margarita Vega; la consejera de Hacienda, Dolores Carcedo, o el exsecretario general del partido en Oviedo Alfredo Carreño.

Hubo quien vio detrás de la resolución, presentada formalmente por tres afiliados y aceptada por el presidente de la asamblea, José Montero, la mano de la Comisión Ejecutiva de la AMSO. Los más afectos al mantenimiento del "no" a Rajoy defendieron, por su parte, la licitud de la presentación de una propuesta que además del voto negativo al PP pide una consulta a la militancia en caso de que se reconsidere la postura establecida por el Comité Federal, que pide a la gestora primarias y congreso y finaliza demandando más democracia participativa en el partido.

Antes de que la contestada votación concluyese en la aprobación del documento, en los 42 turnos de palabra pedidos, 31 aceptados, se habían sucedido los argumentos en las dos direcciones y se habían repartido los aplausos y los abucheos. Habían sido más jaleadas, según algunas fuentes, las del bando más próximo al "no", entre las que se contó la del Alcalde, Wenceslao López. "Estamos obligados a que la militancia se manifieste claramente", había dicho antes, "y hay que escucharla para ver cuál es la mejor opción para el partido".

Se pronunciaron a favor de evitar las elecciones, entre otros, la diputada Vega o el exconcejal Avelino Martínez. Mientras, el exalcalde Antonio Masip no pudo intervenir, pero dejó por escrito en la Mesa su pedagogía a favor de las tesis de la gestora.