La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

A la vejez, empresas

La estructura de la población asturiana multiplica las compañías que prestan servicios de asistencia a mayores a domicilio

Luis Gutiérrez Onís, en Piloñeta (Nava).

Una urgencia personal descubrió un mercado colectivo. Diecisiete años después de buscar cuidados para un familiar necesitado, Inés Álvarez dirige ahora una empresa con 35 trabajadores que llegó a tener más de ochenta y que dedica su actividad a atender, en toda la extensión de la palabra, al sector que más empuja en la población asturiana, personas mayores, cada vez más mayores, y en buena proporción solos. Del estilo de su compañía, pensada para ayudar a domicilio a sus clientes en tareas cotidianas, o en todo lo que haya entre la asistencia para levantarse de la cama, el aseo o la comida, apenas había en Asturias hace diecisiete años. Hoy, Álvarez cuenta a ojo más de treinta.

Han germinado en el sustrato de esta sociedad cada vez más envejecida y demandante de cuidados y su mercado ha fluctuado al ritmo que marcó la crisis cuando el desempleo y las ayudas de la Ley de Dependencia borraban parte del mercado, pero el atisbo de recuperación económica también hace que repunte la demanda. En sus oficinas, los encargos "se multiplicaron y se redujeron" y ahora vuelven a crecer, pero el origen y eclosión del sector tiene mucho que ver con la estructura peculiar de esta región que lidera la vejez colectiva en España y que este año, además, ha recibido de la UE una certificación para estimular la investigación en el marco de la Estrategia de Innovación Europea en Envejecimiento Activo.

La comida de Luis

Desde el otro lado, Luis Gutiérrez Onís contempla todo esto con la perspectiva del demandante de servicios que además de beneficiarse de ellos mira a su alrededor y comprueba que son "muy necesarios". Tiene 76 años, vive solo en Piloñeta (Nava) y agradece "encantado" la visita que tres veces a la semana, los lunes, miércoles y viernes, le lleva la comida gracias a los servicios del área de mayores de la Mancomunidad de la Comarca de la Sidra. Ha vivido casi siempre solo, pero "nunca me gustó cocinar", afirma, y "va a hacer tres años" que se arregla así. Digno representante de una sociedad donde cada vez abundan más los mayores y los asturianos que viven sin compañía, donde los habitantes del medio rural están en peligro de extinción, Gutiérrez vive en un pueblo donde "la mitad de las casas están cerradas" y cuando sale a pasear a menudo no encuentra a quién saludar, pero resiste. Gracias a la ayuda de la Mancomunidad, pero también por la propia actividad. "No tengo tiempo a aburrirme". Natural de La Güeria Carrocera (San Martín del Rey Aurelio) trasladado en los cincuenta a Piloñeta, vivió y trabajó en Francia, ejerció de albañil en Gijón, "en el boom de los sesenta", y ahora prefiere " la carpintería, el bricolaje y el campo".

Compartir el artículo

stats