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CARMELA REMIGIO | Soprano, interpretará a Fiordiligi en "Così fan tutte" en el Campoamor

"La ópera de Mozart es muy moderna, define a las mujeres con gran sensibilidad"

"Actualizar el género operístico puede disgustar a parte del público, pero es un trabajo absolutamente necesario"

Carmela Remigio, ante el Campoamor. LUISMA MURIAS

Carmela Remigio será Fiordiligi en la próxima producción de la ópera de Oviedo. "Così fan tutte" será el título que la soprano italiana protagonizará en el teatro Campoamor de Oviedo desde el día 13 de noviembre. Remigio es actualmente una de las sopranos líricas más destacadas del repertorio mozartiano. No en vano, ha interpretado el "Don Giovanni" de Mozart en más de 400 representaciones, en los papeles de doña Anna y doña Elvira. Una ópera que el verano pasado la llevó al Festival de Salzburgo, y que ha grabado para Deutsche Grammophon a las órdenes de Claudio Abbado. Es una gran conocedora de las heroínas mozartianas, que ya interpretó en Oviedo el personaje Elettra en "Idomeneo", del que dice tener muy buen recuerdo, especialmente de la dirección escénica de Emilio Sagi. Ahora regresa nuevamente, tras cantar en la Scala de Milán "L'incoronazione di Poppea".

-¿Cómo es Fiordiligi en la ópera de Mozart?

-Es una joven rica con una hermana que está en un momento muy bello de la vida, pero también muy difícil, porque debe descubrir qué es el amor. Todas las jóvenes hoy día creen que aman a alguien, y luego es mentira, y eso es la desilusión más grande que una puede experimentar. Ella cree que está enamorada de Guillermo, pero realmente el amor por Fernando es más pasional, y eso puede verse en el dúo que tienen ambos. Fiordiligi es un personaje muy difícil, lo he interpretado más de 100 veces, y aún sigo descubriendo cosas en cada nueva producción. A veces el público cree que Mozart es sencillo, y no es cierto. Suele pensarse que Puccini es mucho más difícil, pero en el fondo no tiene ese componente intelectual que sí se encuentra en la ópera de Mozart.

-¿Se identifica con ella?

-Sí. Cada palabra, cada nota musical debe ser una sorpresa, porque ella no sabe qué le va a suceder; vive cada momento como algo nuevo. La primera vez que interpreté este papel fue en el 2000, en Ferrara, junto a Claudio Abbado, y siendo yo muy joven. Desde entonces hasta hoy he sido cada vez más consciente de que Mozart ha sabido describir en sus óperas los sentimientos femeninos de una manera muy especial, porque ha plasmado en sus heroínas una enorme sensibilidad, que no se ve en otros compositores. Tanto Fiordiligi, como Dorabella y Despina son tres personajes distintos, cada uno con su propia personalidad, pero la partitura refleja el mimo con el que los trata Mozart.

-"Così fan tutte" será una nueva producción. ¿Qué opina sobre las nuevas puestas en escena en la ópera?

-Creo que es un avance para la ópera; no hay que quedarse estancados en el pasado. Además una ópera como ésta, que es al fin y al cabo la historia de unos jóvenes que buscan el amor, es algo universal y susceptible de cambios para adaptarse a los nuevos tiempos. Tras haber cantado muchas veces esta ópera, puedo decir que el libreto de Lorenzo da Ponte es muy abierto, moderno y actual. Actualizar estas óperas es un gran acto de coraje por parte de los directores de los teatros. Quizás al principio puede que sea difícil, y no todo el público esté conforme, pero a largo plazo es un trabajo absolutamente necesario. Los teatros de ópera deben estar vivos y renovarse a diario, soy muy consciente de ello, por eso yo respeto muchísimo las indicaciones de los directores de escena. La ópera de Mozart es plenamente moderna, la producción que se verá en Oviedo también lo será. Eso favorece al género operístico.

-A su juicio, ¿qué es lo que transmite la ópera de Mozart?

-Son historias que muestran los sentimientos cotidianos en la vida de una persona, y ahí reside toda su grandeza. Es cierto también que son óperas muy equilibradas en lo que se refiere al drama y la música, especialmente si se compara con el verismo italiano, en el que los sentimientos son tratados de un modo excesivo para mi gusto.

-Es que además de Mozart, usted cuenta con un repertorio realmente muy amplio.

-Sólo tengo una cosa clara, y es que he nacido para la música. Comenzar mis estudios tocando el violín me ha ayudado a forjarme una visión general de cada uno de los estilos musicales, porque me permitió a una edad muy temprana tocar Bach, Mozart, Beethoven. Cada uno de los estilos que interpreto me ayuda a mejorar mis interpretaciones y a contextualizar qué es lo que estoy interpretando. Ahora vengo de cantar la Poppea de Monteverdi en Milán, y para mí volver a los comienzos de la historia de la ópera me ayuda para cantar mejor Mozart, porque estoy convencida de que cuando él escribía sus óperas conocía el estilo de Monteverdi, por ejemplo, y no Puccini. Lo mismo me pasa cuando hice "La donna serpiente", de Alfredo Casella, un papel dificilísimo que tiene una escena para voz sola en la que cita el estilo monteverdiano, y lógicamente, si no conoces su estilo, ¿cómo lo haces? No se puede.

-Ha trabajado en los mejores escenarios del mundo y con gente tan importante como Claudio Abbado. ¿Cómo se lleva eso?

-En el año 2000 estuve en Salzburgo con Abbado haciendo "Falstaff" en el festival de Pascua. Mi carrera ha despegado tras conocer a Abbado, y recuerdo la audición para el "Don Giovanni" como un momento muy emocionante porque tenía enfrente al mejor director del mundo entonces, y estaba totalmente paralizada. Salí satisfecha, pero después de estas pruebas una no sabe qué pensar, así que me fui a casa, y a los pocos días me llama su agente para decirme que me quería para el papel de doña Anna. El trabajo con él ha sido verdaderamente maravilloso en todas las producciones porque el ambiente de trabajo era muy bueno, y siempre trataba a todo el mundo con una sonrisa. Parece algo banal, pero este pequeño detalle provocaba que todo fuese distinto, y generaba en los artistas mucha confianza. Le tengo mucho cariño a Abbado, mi carrera despegó gracias a la grabación que hice con él de "Don Giovanni" para Grammophon, es alguien irreemplazable en el mundo de la música.

-¿Cambia mucho el público de unos lugares a otros?

-Sí, pero personalmente cuando canto estoy tan concentrada que no soy consciente si hay más o menos aplausos. No soy una diva que se recrea en lo mucho que la aplaude el público.

-Después de Oviedo, ¿cuáles son tus próximos proyectos?

-Debutaré en el Liceo de Barcelona, otra vez haré el papel de doña Anna en el "Don Giovanni". Será la primera vez que visite la ciudad. Además de en Oviedo, aquí en España he cantado en Madrid "Simon Boccanegra", en La Coruña, Las Palmas. Me encanta España porque tiene muchos parecidos con Italia, y cuando estoy aquí no me siento lejos de casa.

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