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El Principado aboga por declarar especie invasora el cerdo vietnamita silvestre

El partido Equo Asturias plantea la castración de todos los ejemplares que estén en manos privadas y reclama prohibir su comercialización

Un grupo de cerdos vietnamitas asilvestrados, en Oviedo. LUISMA MURIAS

El Gobierno regional respalda la inclusión del cerdo vietnamita asilvestrado en el Catálogo Español de Especies Invasoras para favorecer su control y eliminación, ya que en estos momentos no está permitida su caza al no estar considerado como una figura cinegética. La creciente presencia de ejemplares en concejos como Siero, Villaviciosa o Sariego ha encendido las alarmas, ya que estos animales pueden convertirse en un grave problema para la fauna autóctona. Y sobre todo en el caso de que se produzcan cruces con jabalíes, dando origen a un animal que ha recibido el nombre de "cerdolí" o "jabamita". Según el jefe de servicio de Medio Natural del Principado, Orencio Hernández, aunque se han avistado ejemplares híbridos, en Asturias, contra lo que sucede en otras comunidades autóctonas, todavía no hay evidencias científicas de cruces entre jabalíes y cerdos vietnamitas. "Sin embargo, hay zonas de Andalucía en las que el cerdolí es una auténtica plaga", advierte el técnico de la Administración autonómica.

El control de los cerdos asilvestrados no es ni mucho menos sencillo. Por ello, desde la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales se estima conveniente concienciar a los propietarios de estos animales de las graves consecuencias que conlleva soltarlos en los montes. "Ocurre lo mismo que con los perros asilvestrados y, en otro ámbito, con las tortugas de Florida", subraya Orencio Hernández.

Los daños producidos por jabalíes, cerdos vietnamitas y "cerdolís" han generado indemnizaciones por importe de 18 millones de euros en los últimos años. La presencia de estas especies en el entorno periurbano del centro de Asturias es cada vez más frecuente. En el caso del jabalí -según la formación política Equo Asturias- obedece a factores tales como la gestión cinegética o los cambios de hábitos que se han registrado en el medio rural en las últimas décadas. "Al convertirse muchas fincas de sus inmediaciones en zonas de sotobosques, es más fácil para los suidos acercarse a los poblados, y más en áreas como La Fresneda, que son urbanizaciones ubicadas en zonas que hace no tantos años eran completamente rurales", apunta Equo en un comunicado. A juicio de esta formación, el Ejecutivo autonómico debería afrontar el reto del jabalí con actuaciones tales como el radiomarcaje de ejemplares para establecer unos patrones claros sobre su comportamiento, prohibir la comercialización de los cerdos vietnamitas y buscar la castración de todos los ejemplares que estén en manos privadas, dejar de matar lobos para que controlen las poblaciones de jabalí, y abonar con mayor rapidez que ahora los daños que hayan sido provocados por la fauna salvaje.

El Gobierno regional aboga por la "cooperación entre las distintas administraciones" para encarar la problemática del jabalí en las áreas urbanas con unas "mínimas posibilidades de éxito" y a partir de un plan de prevención y control de la especie. Las medidas a adoptar pasarían por la elaboración de un mapa con los puntos más conflictivos, habilitar un sistema de recogida de basuras y de papeleras "a prueba de jabalíes", prohibir la acumulación de desperdicios en zonas accesibles a estos animales, instalar vallas perimetrales en los centros escolares, sancionar a quienes proporcionen alimentos a los suidos, evitar el contacto físico con ellos, prohibir la suelta de cerdos vietnamitas, organizar cursos de formación para las policías locales de aquellos municipios en los que el problema haya alcanzado una mayor gravedad o localizar "puntos negros" de las carreteras para instalar señales preventivas, a la vista de que la especie se ha convertido en un evidente peligro para la seguridad vial en numerosas carreteras de la región.

Además, entre las medidas para el control de la población de suidos, el plan que impulsa la Administración incluye la colocación de trampas en las zonas más próximas a cascos urbanos, marcar a animales con crotales para disponer de la máxima información sobre sus movimientos o realizar batidas incruentas con balas de goma, fusiles láser o petardos. También se plantea acudir con perros a las zonas limítrofes a los cotos para favorecer la caza.

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