Mariano Rajoy encara esta tarde su segunda elección como presidente del Gobierno precedido por un compromiso que ya llevó hace casi cinco años a la primera. El "vamos a hacer un nuevo modelo de financiación autonómica" que el presidente en funciones pronunció el jueves en su réplica al diputado de Foro Asturias Isidro Martínez Oblanca era la renovación de una promesa varias veces aplazada desde el comienzo de la anterior legislatura. Rajoy accedía de ese modo a uno de los asuntos que el Gobierno del Principado y con particular insistencia su presidente, Javier Fernández, han considerado de resolución urgente en este mandato.

El líder popular se comprometió a ello con más rotundidad el jueves que en su investidura fallida de agosto. Haya sido o no como guiño al interés que siempre ha puesto en esto Fernández, que hace dos meses era sólo presidente del Principado y ahora ha ascendido a cabeza visible de la gestora del PSOE, el caso es que, esta vez sí, Rajoy recogió el guante. Ante la petición expresa de Martínez Oblanca, prometió convocar "una reunión de presidentes autonómicos para intentar generar un mínimo acuerdo que luego pueda ser concretado técnicamente con los consejeros".

Para saber por qué la disconformidad del Ejecutivo del PP con el sistema de reparto vigente, aprobado en época de José Luis Rodríguez Zapatero, todavía no ha desembocado en una reforma del modelo hay que acudir a la investidura frustrada de Rajoy en agosto. Allí, cuestionado entonces por el diputado valenciano de Compromís Joan Baldoví, el Presidente se escabulló por la gatera de los motivos. "No se ha producido el debate estos años", replicó, "porque había otras prioridades. Porque habíamos perdido 70.000 millones de euros de ingresos y, si se hubiese planteado el asunto, el Estado tendría que haber aportado menos recursos".

Rajoy remató entonces con un significativo "¿qué quiere que haga?" que se ha transformado ahora en una promesa de abordaje del cambio de modelo. Javier Fernández lleva desde su investidura mencionando la reforma del mecanismo como un deber "inmediato" del nuevo Gobierno y reclamando de sus antagonistas parlamentarios en Asturias el consenso en torno a una posición común que haga valer las peculiaridades financieras del Principado y su derecho a no perder terreno en el orden de riqueza por comunidades autónomas.

Al resto de las cuestiones directas sobre Asturias planteadas por Oblanca, Rajoy reprodujo lo que ya dijo en agosto sobre su "voluntad de cumplimiento" del programa acordado con Foro y pasó de puntillas y sin plazos por encima de la Variante de Pajares. Aseguró que "nuestro compromiso con las conexiones de alta velocidad de Asturias no esta en duda" y que "se están superando los graves problemas encontrados para poner en marcha la infraestructura del modo más seguro y riguroso". El candidato a la reelección añadió que su Gobierno trabaja "también para modificar los servicios de cercanías en Asturias" y defendió que la reforma de la Política Agraria Común (PAC) "se ha saldado con unos resultados razonables para los agricultores y ganaderos asturianos". Prometió sin más "seguir dando la batalla en el sector pesquero español", se dijo "consciente de los problemas del sector lácteo" y presumió de que las gestiones sobre el "tax lease" abran un "horizonte positivo" para el sector naval.