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Los ganaderos piden una denominación de origen para asegurar la calidad de la leche

La escasez de dioxinas en el producto asturiano "da un argumento más" para primar lo ecológico, dicen los dueños de las explotaciones

Vacas de leche, al aire libre en Llanera. M. N. MORO

Los ganaderos reclaman una denominación de origen protegida (DOP) para garantizar que la leche que se vende bajo la etiqueta del Principado es realmente asturiana. La medida, que apoya Podemos, pretende asegurar la calidad del producto regional y diferenciarlo del que se elabora en otras comunidades. Un estudio, elaborado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y publicado por LA NUEVA ESPAÑA, indica que las explotaciones asturianas contienen los niveles más bajos de Europa en dioxinas, unas sustancias tóxicas capaces de provocar cáncer. Según opinan los productores ecológicos, la investigación da "un argumento más" para reconvertir las granjas y pasarse a la ganadería "verde".

Podemos califica de "anómalo" el hecho de que en el mercado no haya "ninguna marca" que identifique el origen del producto. La formación morada llevó en mayo a la Junta General una propuesta parecida, que fue rechazada por el PSOE, PP, IU y Foro. "¿De qué vale que tengamos la leche más sana del mundo si la mezclamos con la de otras regiones?", se queja Guzmán Díaz, propietario de la mayor ganadería ecológica de Asturias con 90 vacas y una extensión de 60 hectáreas, que abarca los concejos de Tapia de Casariego, Castropol, El Franco y Villayón. El ganadero defiende que el Principado es la única comunidad que puede tener "los 365 días del año las vacas al aire libre y pastando".

"Aquí la hierba sale sola, no hace falta echarle nada. Sólo hay que cuidarla un poco", sostiene Javier González, presidente del consejo rector del Consejo de la Producción Agraria Ecológica del Principado de Asturias (COPAE), que afirma que el secreto de la leche asturiana está en los pastos. "Hay ganaderos que sólo alimentan sus vacas a base de hierba y eso es muy natural", expresa. González cree también que la calidad del producto regional depende de la escasez de fuentes contaminantes. El principal foco de dioxinas es la incineradora de residuos. "Gracias a Dios que no la tenemos en Asturias, porque es un factor clave para que la leche sea buena", indica.

El COPAE confía en que el estudio anime a los productores a transformar sus explotaciones. De hecho, este año acabará con 24 explotaciones reconvertidas, el doble que en 2015. Uno de ellos es Senén Valentín Álvarez, de Gijón: "Decidí pasarme a lo ecológico por mejorar la calidad de la leche y también por el aspecto económico. Con los precios que tienen ahora los lácteos convencionales pasamos hambre. Este productor opina, al igual que José Manuel Menéndez, de Llanera, que las propiedades sanitarias que destaca la investigación del CSIC deberían repercutir en el bolsillo del ganadero.

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