Una joya para los amantes del ciclismo. El historiador llanisco Ramón Sordo Sotres custodia, como oro en paño, un documento con el recorrido de la tercera edición de la Vuelta Ciclista a Asturias, celebrada entre el 22 y el 26 de agosto de 1928. Sordo Sotres, gran aficionado al ciclismo desde la época de El Tarangu, Ocaña y José Enrique Cima, no tiene constancia de que este documento haya sido publicado con antelación.
El mapa con las etapas y el recorrido de la Vuelta Ciclista a Asturias, prueba patrocinada en la actualidad por LA NUEVA ESPAÑA, lo adquirió hace algún tiempo en una librería de segunda mano en Oviedo. "Lo vi de casualidad y me llamó la atención. En internet no aparece ninguna referencia al recorrido de esta edición. Tan sólo aparece el ganador", explica. Fue el abulense Ricardo Montero, campeón de España en 1925, quien dio lustre a su palmarés subiendo a lo más alto del podio en esta prueba acompañado de Mariano Cañardo, en segundo lugar, y de Joan Mateu, como tercer clasificado.
La carrera dejó de diputarse entre 1929 y 1946. El pequeño libro de ruta consta de una hoja por las dos caras. En una de ellas aparece el recorrido de la competición ciclista, dividido en cuatro etapas, que transcurre por buena parte de la región. En la otra cara se pueden ver varios anuncios publicitarios.
La primera etapa, entre Gijón y Llanes y sobre 205 kilómetros, recorrió las localidades de Pola de Siero, La Felguera, Sama, Los Barredos, Nava, Infiesto, Soto de Cangas, Cangas de Onís, Benia de Onís, Carreña, Unquera (Cantabria) y Vidiago, concluyendo en Llanes.
La segunda etapa, de 277 kilómetros, unió Llanes y Oviedo por Posada, Ribadesella, Colunga, Villaviciosa, Gijón, Mieres, Sama, La Felguera y Pola de Siero. En la tercera etapa se recorrieron 188 kilómetros que unieron Oviedo y Luarca, previo paso por Trubia, Grado, Cornellana, Salas, La Espina, Tineo, Cangas del Narcea y Canero. La etapa final transcurrió entre Luarca y Gijón sobre 233 kilómetros, serpenteando por Navia, Tapia, Castropol, Vegadeo, Canero, Ballota, Luiña, Pravia, Soto del Barco, Avilés, Luanco, Candás y Gijón.
"El mapa tiene mucho interés, pues muestra una competición deportiva que recorre buena parte de Asturias, entre el Oriente y el Occidente, en una época en la que las carreteras asturianas, supongo, no estarían asfaltadas en su mayoría. El recorrido deja entrever una región en cierto desarrollo", indicó el historiador llanisco.
Se trata de un documento de enorme valor para historiadores y aficionados a esta modalidad deportiva, en el que Sordo Sotres, además, lee entre líneas, para sacar alguna que otra conclusión. "La Vuelta pasa por Cabrales en una época donde comenzaba a desarrollarse un incipiente turismo de montaña en este lugar. En la década de los años veinte la clase media estaba empezando a ir a los Picos de Europa a practicar el montañismo", explica.
