El otoño regresa a la normalidad: ni la excepcionalidad calurosa del "veroño" ni la bajada brusca de temperaturas y nevadas del "otovierno". Los meteorólogos prevén lluvias durante la mañana de hoy que tenderán a débiles a lo largo del día y una subida de las temperaturas mínimas. La razón de esta inestabilidad que ha sacudido el otoño asturiano hay que buscarla lejos: en el huracán "Nicole" que asoló la costa este de Estados Unidos.

Los meteorólogos lo llaman el "efecto mariposa": aquél que proclama que el aleteo de un insecto puede iniciar una concatenación de acontecimientos que provoque un huracán en otro extremo del globo. En este otoño singular el efecto mariposa es a la inversa: el que lleva de un huracán a que la heladera avilesina Irene González García cambiase sus cucuruchos por un caldo bien caliente. Los bares rescataron por fin el reponedor brebaje.

Marcos Álvarez, coordinador del proyecto de observación de la Tierra de la Sociedad Astronómica Asturiana, lo explica desde Nava. El tiempo es una cuestión "global" y planetaria. "La Tierra es como un termostato natural y mantiene una temperatura media, por lo que el tiempo va a tratar de compensar cuando hace mucho calor con frío", asegura. Y añade: "Ahora pagamos las consecuencias del calor de octubre". Así que hay relación entre los helados que hace nada vendía aún Irene González y el caldo que le sirvió la cocinera Yolanda Ibáñez Pascual, del bar avilesino "Chicote".

La razón del buen tiempo de octubre está en que las borrascas no llegaban a entrar en esta latitud porque estaban demasiado al norte y llegaban por el suroeste, en lugar de por el noroeste, como suele ser lo habitual. "De ahí que tuviéramos vientos del sur", explica Marcos Álvarez.

Pero la inestabilidad vino propiciada porque el 17 de octubre se descompuso el huracán "Nicole" en la costa este de Estados Unidos y se fue a latitudes muy al norte. El 24 octubre propició una inestabilidad fuerte en Canarias y Andalucía, porque al venir del sur el viento deriva en calor y lluvias torrenciales. A finales de octubre llegó una bolsa o pasillo de aire frío, con temperaturas polares haciendo que el mercurio se desplomara. "Coincide justo cuando termina la temporada de huracanes de octubre y el frío llegó tarde por la inestabilidad del este de Estados Unidos provocando temperaturas altas y lluvias muy abundantes, que impedían la entrada de borrascas por el norte", explica este experto gijonés afincado en Nava.

Marcos Álvarez agrega que "la mayoría de las tormentas que se generan en África circulan hacia el Caribe en esta época del año y algunas empiezan como tormenta tropical y acaban siendo huracanes". Luego, la circulación atmosférica general se encarga de traer esos huracanes convertidos en borrasca hacia Europa.

"El otoño es una época inestable, de cambios. La incidencia de los rayos de sol en el planeta provoca esa inestabilidad atmosférica que no es previsible", explica. Agrega que la atmósfera es precisamente un "caos organizado". Caos porque no es predecible; y organizado, porque todo ocurre por algo.

En Avilés, Irene Gonzalez, mientras degustaba su caldo caliente, aseguraba preferir el de marisco pero que no le hacía ascos al de pollo que le habían servido como mandan los cánones: bien calentito, al punto que la taza quemaba lo suyo.

Ya lo dice el refrán: "Bebe caldo y anda caliente, y vivirás largamente". La subida de temperaturas mínimas no implicará la retirada de la ropa de abrigo. Durante la jornada de hoy el viento soplará fuerte en la costa, con rachas muy fuertes que se extenderan al interior. La cota de nieve se situará entre los 1.400 y los 1.600 metros alejándose de las zonas en las que estos días pilló al ganado desprevenido.

Yolanda Ibáñez, la cocinera del caldo de la heladera avilesina, explica que su receta "no tiene ciencia, si acaso usar productos frescos": caparazones de pollo, carne, huesos, zanahoria, puerro y el "puntín" de sal; cocer y luego colar para que no queden "tropiezos". En esto último también es cosa de gustos y hay quien prefiere encontrar en el caldo trazas de carne o unos crujientes picatostes recién fritos. En lo que hay consenso es en que a medida que llega el invierno se disparará la venta de esta bebida infalible contra el frío. Venga de donde venga.