La nueva decana de la Facultad de Química de la Universidad de Oviedo, Susana Fernández, estaba debutando en público y entró en la conmemoración adelantada de San Alberto Magno, patrono de los estudios de ciencias, con un alegato contra la merma financiera pública y privada de la investigación y con la constatación quejosa de que "nuestros laboratorios empiezan a quedarse vacíos de investigadores jóvenes". El Colegio Oficial de Químicos de Asturias y León y la Asociación de Químicos del Principado entregaban ayer sus premios anuales y aquel llamamiento a hacer valioso el conocimiento encontró eco reiterado en el resto de las intervenciones. Ella también abogó por "hacer llegar a la sociedad el mensaje de que la inversión en ciencia y conocimiento contribuye al desarrollo del país" y José Díaz Caneja, director general de Acciona Agua, empresa distinguida con el decimotercer premio San Alberto al mérito científico, contribuyó con su propio ejemplo. Agradeció el galardón como una recompensa al liderazgo internacional de la compañía en su sector del tratamiento de aguas. Porque Acciona, que ahora opera en treinta países, no habría podido "sin la experiencia y el conocimiento que hemos obtenido trabajando en casa, en España y en Asturias".

El ingeniero gijonés subrayó asimismo "la importancia de estar a la vanguardia de la tecnología" para sobrevivir en el medio hostil de un mercado altamente competitivo donde "duraríamos muy poco si no estuviéramos constantemente mejorando, investigando y consiguiendo una estrategia para que nuestra gente sea la mejor formada". Como para darle la razón, los químicos asturianos hicieron salir a recoger diplomas a los alumnos que han completado los másteres en plantas de tratamiento de aguas y dirección de laboratorios farmacéuticos y entregaron los premios a la mejor tesis doctoral, Paula Oulego, y al proyecto de investigación -para el de David Presa, Gabino Carriedo, Raquel de la Campa y Alejandro Presa- además de distinguir con insignias a los colegiados y asociados con 25 y 50 años de antigüedad.

A su estela, la directora general de Universidades, Cristina Valdés, prefirió reivindicar la misma palabra, conocimiento, y a su lado "lo científico en el sentido más amplio", sin la "reducción estéril" de las divisiones entre ciencias y letras, y Santiago García Granda, el rector, el segundo químico consecutivo al frente de la Universidad de Oviedo, utilizó el premio Nobel de este año, que ha distinguido la investigación colectiva de científicos de Francia, Holanda y Estados Unidos, para invitar a entrar en "la importante dinámica global que está tomando la ciencia".