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Los populares, ante un proceso de renovación

Los críticos del PP decidirán si optan a la dirección de Asturias tras el congreso

El partido quiere que los cónclaves autonómicos sean antes de Semana Santa Aún está por determinar si podrá participar toda la militancia

Por la izquierda, Laura Sampedro, Mercedes Fernández, Mariano Rajoy y Carmen Maniega, en una foto de archivo del anterior congreso nacional del PP, en Sevilla, en 2012.

Los críticos del PP en Asturias no decidirán si disputan la presidencia regional del partido hasta después del cónclave nacional, que tendrá lugar del 10 al 12 de febrero del próximo año. "Ahora lo que toca es el congreso nacional", aseguraron ayer a este periódico fuentes del sector crítico con la actual presidenta regional, Mercedes Fernández, que tomó las riendas del partido en 2012.

La celebración del próximo congreso nacional marcará el pistoletazo de salida para todos los cónclaves autonómicos y regionales de los populares, donde se renuevan los órganos de dirección territoriales. Mercedes Fernández admitió ayer que tanto el Presidente, Mariano Rajoy, como la secretaria general, María Dolores de Cospedal, señalaron como plazo para la celebración de los congresos territoriales la Semana Santa del próximo año, hacia mediados del mes de abril, aunque precisó que "no hay nada marcado ni cerrado". La primera pista para medir posibles apoyos internos en Asturias la dará la elección de compromisarios al congreso nacional, entre los días 16 y 19 de diciembre. Luego, los posibles cambios en los estatutos para saber si se aceptan fórmulas distintas a la elección de los presidentes regionales como, por ejemplo, la votación directa en vez de mediante compromisarios, tendrán gran influencia en la presentación de una candidatura alternativa. El PP es un partido presidencialista, en el que las direcciones tienen gran margen de maniobra ante procesos internos.

La celebración consecutiva de procesos electorales desde la primavera de 2015 y la incertidumbre sobre si habría una terceras elecciones generales obligó al PP a aplazar su congreso nacional, que debía haber tenido lugar en 2016 pues el anterior se celebró en febrero de 2012, en Sevilla. Esa sucesión de elecciones obligó a los descontentos a enfriar sus críticas a la actual dirección regional. Tres meses antes de las elecciones generales de junio, el Delegado del Gobierno en Asturias, Gabino de Lorenzo, rompió el silencio de los críticos y reclamó un congreso abierto a toda la militancia, unas palabras que no sentaron bien a Mercedes Fernández.

Más información en pág. 35

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