Un concierto dentro del festival Resurrection Fest, con bandas hardcore y grindcore americanas y británicas, terminó de mala manera a la puerta de la sala Estilo, en la madrugada del 15 de febrero de 2014. Tras el concierto, se produjo una trifulca en la calle. J. Á. H. recibió un golpe que le hizo caer redondo sobre el asfalto. Como resultado, varias fracturas en la cabeza y una semana en coma, a punto de morir. Le han quedado daños neurológicos, con pérdida del olfato y el gusto. Describe además problemas de oído. El autor de la agresión, A. B. V., que se movía en el entorno de los "red skin" de Oviedo, se enfrentaba en la mañana de ayer a una petición de nueve años de prisión. La Fiscalía pedía además una indemnización de 18.000 euros, 180.000 la acusación particular.

En el juicio, celebrado en la sección segunda de la Audiencia Provincial, la víctima dijo no recordar lo ocurrido aquella aciaga noche. Al parecer, el acusado había participado en otra pelea. La pareja de J. Á. H. echó en cara a a A. B. V. que hubiese golpeado a un amigo suyo. A. B. V. reaccionó, dice el escrito fiscal, insultándola: "Zorra, puta, quitadme a esta puta de aquí, no me comas el tarro". J. Á. H. le pidió entonces que dejara de insultar a su mujer. "Le dio un puñetazo y cayó como un leño al suelo", describió la pareja del agredido. J. Á. H. aseguraba antes del juicio que, después de la brutal agresión, se había quitado de la circulación y ya no iba a conciertos. Incluso bromeaba con pasarse a música un poco más tranquila, como el jazz o la clásica.

Al final, al acusado no le salió tan mal el asunto. Ayer reconoció los hechos y pagó 30.000 euros de indemnización, con los que la víctima se siente plenamente resarcida. Además, el joven que sufrió las lesiones dijo haber perdonado a su agresor. Con estos mimbres -el resarcimiento y el perdón de la víctima-, la fiscal accedió a reducir su petición, de nueve a dos de cárcel. Tanto el letrado de la acusación particular, Alberto Fernández Asueta, como el de la defensa, Marco Fernández Pintado, se mostraron conformes. El tribunal presidido por el magistrado Agustín Pedro Lobejón Martínez, dictará ahora una sentencia de dos años de cárcel. La Fiscalía no se opondrá a la suspensión del ingreso en prisión cuando se ejecute la sentencia, siempre que A. B. V. no vuelva a delinquir en el plazo de tres años.