La "caza intensiva" del jabalí está detrás de la proliferación de ataques de lobos al ganado en Asturias. Eso sostiene al menos el Fondo Asturiano para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS), persuadido de que su idea sobre la merma progresiva de la población de suidos, contraria a la tesis de la sobreabundancia que defienden los estudios elaborados por la Universidad de Oviedo que suscribe el Gobierno del Principado, deja a los cánidos salvajes sin su principal alimento y hace que lo busquen entre las cabezas de ganado.

La hipótesis con la que trabaja la organización subraya que cabe cuestionar la cifra de 60.000 jabalíes que esos análisis otorgan a los montes asturianos, y que los trabajos de control de la especie por la vía cinegética confirman la evolución de los ejemplares de la especie que viven en zonas de alta montaña bajo la estrategia de los dientes de sierra. Es decir, que según el FAPAS, la evolución del número de jabalíes, dieta natural del lobo, aumenta y disminuye, sin que se pueda constatar que sus poblaciones permanecen estables.

El intento de bajar los daños de jabalí en las áreas rurales ha llevado a la Administración asturiana a promover, al decir de la ONG, una "caza intensiva" del jabalí en territorios donde esta especie cumple un papel importante para aportar a los lobos capacidad de alimentación natural. El FAPAS, abiertamente contrario en este punto a la estrategia de control del jabalí que defienden mayoritariamente las asociaciones de ganaderos, destaca además que la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales del Principado acaba de recibir el informe técnico encargado a expertos por el cual se evalúa la población de jabalí en la región, un trabajo que se ha basado en el análisis de las batidas de jabalí efectuadas durante años. Para el FAPAS, esta gestión "ciega carente de ningún respaldo técnico, lleva desde hace unos años derivando en la lamentable consecuencia del incremento de daños de lobo a la cabaña ganadera de montaña en Asturias". Resalta que los datos sobre disminución de las poblaciones de jabalí y ciervo en territorios de montaña de Asturias, como son los espacios protegidos de Somiedo y Las Ubiñas la Mesa, "son espectaculares, con caídas poblacionales, en el caso del jabalí de hasta el 70 por ciento".

El FAPAS ha venido denunciando la anomalía que estiman que se esconde tras las teorías que diagnostican la disminución de jabalíes. En una estimación de este mismo mes, por ejemplo, la organización sostenía incluso que "Asturias sufre actualmente la mayor pérdida de fauna silvestre en sus áreas de montaña desde que los recursos naturales están siendo gestionados por la Comunidad Autónoma". Hablaba de "una implacable presión cinegética, ya iniciada por el actual Gobierno Regional, que sitúa en el límite poblacional a algunas especies como en jabalí. Calculaban en aquel momento, por ejemplo, en un estudio efectuado mediante el análisis de los datos de las cámaras que la organización tiene ubicadas en los montes, que el municipio de Teverga ha perdido en los últimos años más del 75 por ciento de su población estimada de jabalíes.