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Un estallido revelador

Un equipo internacional en el que figura la asturiana Rebeca García prueba que la formación de estrellas de alta y baja masa es idéntica

Alessio Caratti y Rebeca García, en el Observatorio de Paranal (Chile).

Un equipo internacional de astrónomos en el que participa la asturiana Raquel Rebeca García López, ha detectado por primera vez en una estrella masiva en formación un estallido producido por la ingesta repentina de material que le aporta su disco de acrecimiento. El hallazgo, realizado por el Instituto de Estudios Avanzados de Dublín y en el que participan, entre otras entidades, el Instituto de Astrofísica de Andalucía, constituye la prueba más sólida hasta la fecha de que las estrellas de alta y baja masa se forman por un proceso similar.

Las denominadas estrellas de baja masa tienen ocho veces la masa del sol mientras que las de alta masa o masivas, a miles de años luz de distancia, alcanzan veinte veces la masa del sol, explica García López. Las que presentan un comportamiento igual al Sol se forman a partir de fragmentos de grandes nubes de gas y polvo que se condensan hasta que se forma un objeto central (protoestrella), que crece absorbiendo gas de un disco a su alrededor y expulsa el material sobrante a través de dos chorros situados en los polos. Lo que se desconocía era si las estrellas más masivas se formaban a través del mismo mecanismo, confirmación que han obtenido ahora en el instituto irlandés a través del estudio de un estallido detectado en la estrella masiva en formación.

El trabajo, liderado por el investigador Alessio Caratti o Garatti, acaba de ver la luz en la revista "Nature", en el área de Física, y aporta la prueba más fehaciente de que todas las estrellas se forman igual. Ese proceso, conocido como acreción, "es la primera vez que se observa" en las de tipo masivo. Para lograrlo, los investigadores se apoyaron en el telescopio del Observatorio de Calar Alto (Almería), Gemini (Hawai), los de Chile y Alemania, y el Observatorio Aéreo de la NASA (SOFIA). Tras una campaña de observación internacional desde telescopios en tierra y desde el aire en el otoño de 2015, se observó una estrella con unas veinte veces la masa del Sol y una estructura formada por un objeto central, un disco y dos chorros bipolares, que experimentó un súbito aumento de luminosidad. "Queríamos saber a qué era debido", indica la investigadora asturiana, "y vimos que ese incremento del brillo era porque parte de la masa del disco cayó sobre la estrella", descartándose así que las estrellas masivas se formaban por la fusión de estrellas de menor masa.

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