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Asturias clama contra el maltrato

Educar desde Infantil es clave para anular a futuros agresores, dicen los expertos

"En Secundaria la identidad de género ya está construida; hay que actuar primero", dicen los psicólogos para prevenir los malos tratos

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Los futuros maltratadores están hoy en las aulas. Visten de superhéroes, huyen de las emociones y expresan su agresividad con total naturalidad. Pero nadie hace nada y es precisamente en los primeros años de vida cuando es más importante actuar, según aseguran los expertos. "Los planes de coeducación deben estar en todas las etapas, incluida la infantil. Intervenir en Secundaria ya es demasiado tarde, porque la identidad de género está construida", comenta la psicóloga Emma Lobato, que además es profesora de Primaria en el colegio público de Salinas. Con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género, que ayer se conmemoró en toda la región, la Federación de Asociaciones de Padres Alumnos (FAPA) Miguel Virgós reclama un programa común para todos los colegios que fomente la igualdad de sexos.

"La única forma de acabar con los malos tratos es la educación. Y en ello juega un papel fundamental la escuela, porque al margen de lo que les podamos enseñar en casa, nuestros hijos conviven con muchos niños", dice su presidenta, Elena González. De hecho, un estudio realizado por la catedrática de Psicología de la Educación María José Díaz- Aguado para el Ministerio de Educación indica que el colegio disminuye el riesgo de que un chico sea un potencial maltratador y una chica, la víctima. Pero para ello, señala el trabajo, "hay que introducir en infantil el valor de la igualdad, la resolución pacífica de conflictos y el rechazo a toda forma de violencia". En Asturias lo poco que se hace en este sentido depende de la iniciativa de docentes que reman a contracorriente, como Emma Lobato, que participará en un ciclo sobre construcción de las identidades de genero que se impartirá en Avilés los próximos días 28 y 29. "Los cambios que conseguimos, sin una intervención de la Administración, suponen una gota en el medio del océano", afirma.

La pedadoga avilesina explica que "no nacemos hechos psicológicamente hombres o mujeres, sino que la adopción de una identidad es resultado de un proceso largo y complejo". Pero a los cuatro años, "las niñas ya tienen claro que un niño no puede jugar con una Barbie y son de algún modo penalizados". La escuela, agrega Lobato, "puede cambiar la realidad en la medida que puede validar algunos discursos de resistencia a la categoría de género". ¿Cómo? "Por ejemplo, cuando las niñas le retiran el muñeco- bebé a un niño por percibir que lo referido a la ética del cuidado y lo doméstico no le pertenece, podemos intervenir en el juego concediéndole autoridad al niño para mostrarles que los chicos también pueden cuidar a un bebé", responde.

En etapas más avanzadas, la psicóloga María José Díaz- Aguado propone enseñar a los alumnos la incompatibilidad del amor con la violencia, erradicando los mitos que a dicha asociación contribuyen como "quien bien te quiere, te hará llorar" o "por amor hay que estar dispuesta a todo". No obstante, los expertos reconocen que es difícil romper con estas conductas cuando todo la sociedad camina "en otra dirección". Pilar Pascual, psicóloga y especialista en género y salud, sostiene que la clave es "cuestionar lo que vemos": "No podemos cambiar la televisión, pero sí fomentar la capacidad crítica de los jóvenes. La igualdad no es una lección que se aprende, es algo mucho más complejo". Pascual cree que antes de llevar la coeducación a las aulas, el profesorado necesita formación y, lo que es más importante, disposición para "cuestionar la forma en la que fueron educados".

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