El comité de bienvenida en la Junta al proyecto de presupuestos del Gobierno regional adelanta que "la cosa tiene bastante mala pinta". La portavoz del PP, Mercedes Fernández, hablaba por ella, por todos sus compañeros e incluso tal vez por la mayor parte de sus adversarios políticos. La consejera de Hacienda, Dolores Carcedo, acababa de registrar en la cámara un proyecto de cuentas "abierto", que a su juicio "no contiene nada que excluya" y que "plantea bases sólidas para construir acuerdos", pero que de momento ayer entró en el parlamento con el respaldo único y solitario del grupo que sujeta al Gobierno. Todos los demás recelan. Por motivos distintos, de momento sin pronunciamiento expreso respecto a la hipótesis de la presentación de enmiendas a la totalidad que harían peligrar el documento, pero con muchas enmiendas expresadas de palabra.

Carcedo venía de entregar y defender unas cuentas de 4.226 millones de euros que crecen en 104 respecto al proyecto frustrado del año pasado y en las que la inversión productiva progresa "por primera vez desde 2009", hasta 311 millones que son ocho más que hace un año, lo que debe suponer, al decir de la Consejera, "un punto de inflexión". Carcedo declaró abierta sobre esas bases "la segunda fase de la negociación presupuestaria, más limitada pero aún posible" tras el fracaso de las conversaciones previas a la presentación del documento. Ya sin posibilidad de modificar los ingresos del Presupuesto, pero con "el diálogo presupuestario abierto" fuera de la discusión presupuestaria, el PSOE elevó "a todos los grupos de la cámara, sin exclusión", la llamada al diálogo que hizo expresa su portavoz parlamentario, Fernando Lastra. Después de focalizar en los grupos de la izquierda las conversaciones anteriores, ahora cambia el escenario, "no vamos a desatender ninguna opinión" y "creemos que hay condiciones para esa negociación presupuestaria que dé como resultado una ley de Presupuestos para la comunidad autónoma".

Deja claro el portavoz socialista que la discusión admisible es sobre enmiendas parciales y ante la eventualidad de las totales -el año pasado las presentaron todos los grupos excepto el PSOE e IU antes de que el Gobierno retirase su proyecto- invita a no "trivializar" ese debate. "Una enmienda a la totalidad es el rechazo total del Presupuesto y eso me parece objetivamente inviable, imposible. No puede haber nadie que tenga un rechazo total a este proyecto", subraya. En todo caso, si alguien lo llega a tener y lo manifiesta como el año pasado toda la oposición en bloque, el portavoz socialista dice no tener ahora mismo "entre las alternativas posibles" una nueva retirada de las cuentas.

Las presentadas, de momento, no satisfacen íntegramente a nadie fuera del PSOE, aunque tampoco nadie se aventura aún a anunciar la enmienda de totalidad. Ni siquiera el PP, que se apresuró el año pasado a plantearla inmediatamente después de registrado el proyecto del Gobierno. "Como hay actitudes rápidas que molestan mucho", dijo ayer la portavoz del PP, Mercedes Fernández, en referencia a lo mucho que criticó aquello el Principado, "les daremos los tiempos de parsimonia que ellos quieren", subrayó. Espera para decidir sobre la enmienda, pero ya enmienda de palabra el Presupuesto en su parte preferida, el impuesto de sucesiones.