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Las taxistas son guerreras

Seis conductoras de las tres cooperativas de Gijón participan en un curso de defensa personal: "Queremos aprender a proteger a nuestras clientas"

Mujeres taxistas se entrenan en defensa personal

Mujeres taxistas se entrenan en defensa personal

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Mujeres taxistas se entrenan en defensa personal R. García

Aprender a defenderse y servir de escudo para poder proteger y dar un mejor servicio a las clientas en situación de vulnerabilidad. Ése es el objetivo que esta semana se han marcado seis taxistas de las tres cooperativas que operan Gijón que el pasado martes empezaron un curso de defensa personal en un centro de artes marciales situado en El Natahoyo. La idea partió de una de las participantes en esta actividad: Sonia Camblor. Los años al volante han enseñado a esta gijonesa la necesidad de saber actuar en situaciones de peligro.

"Dentro del taxi las mujeres están siempre seguras. El problema viene cuando bajan o cuando están subiendo. Más allá de nuestro vehículo no las podemos proteger y el Ayuntamiento no hace nada por nosotras, no se implica", criticó la conductora. Estas taxistas piden a las instituciones públicas que tomen medidas para la protección de las mujeres. "Necesitamos que nos den formación como la que esta semana estamos recibiendo y que nuestra centralita esté conectada con la de la Policía Local, así podríamos actuar más rápido si pasa algo", afirmó Camblor poco antes de asistir a la primera de las dos clases de defensa personal que tenían programadas. El profesor, José Antonio González Magadán, ofreció el curso de forma gratuita. "Queremos que lo que tenían pensado gastarse lo inviertan en instituciones como la Casa Malva de ayuda a mujeres maltratadas", afirmó el experto en defensa personal.

Magadán hizo hincapié durante la introducción al curso en que los que practican su disciplina "no somos gente que esté todo el día buscando pelea". Más bien al contrario. Las claves que el gijonés dio a las taxistas "son más bien para defenderse de una agresión, no para atacar a nadie". No es la primera vez que este profesor ofrece un curso de estas características. Y no quiere que sea la última. "Colaboramos mucho con asociaciones de mujeres, queremos ayudar porque es un colectivo especialmente expuesto a todo tipo de agresiones", explicó el profesor mientras sus alumnas se quitaban el calzado y empezaban a correr por el "tatami" para calentar.

"No se trata tampoco de que tengáis miedo. Sólo hay que saber reaccionar si pasa algo", explicó poco antes de mostrar a sus alumnas cómo defenderse de una agresión por la espalda o cómo se deben colocar los brazos para protegerse de un agresor. Las alumnas no dejaron de entrenar hasta más allá de las diez de la noche. El descanso será corto. Esta noche, a las nueve, las seis taxistas tienen una nueva sesión para prepararse "por lo que pueda pasar".

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