Con distinta intensidad y matices diferenciados, Ciudadanos e IU saludaron ayer el alza del margen de déficit que otorga 23 millones adicionales al Principado para 2017 y reclamaron a la vez pero con vehemencia dispar un cambio de actitud del Gobierno para la segunda fase de la negociación presupuestaria. El portavoz de la formación naranja, Nicanor García, quiso decir "alto y claro" que el recién registrado en la Junta "no es nuestro modelo de presupuesto", y después de lamentar el "fracaso" de la "vía sin salida" del diálogo focalizado a la izquierda sintetizó su actitud en el dilema siguiente: "O se cambia el modelo de negociación, o no contarán con Ciudadanos para aprobar el presupuesto".

García deja abiertos y pendientes "todos los escenarios", incluida la enmienda a la totalidad, pero de entrada subraya que "no nos consideramos identificados con este presupuesto". En la confianza de que "dependiendo del escenario podemos ser decisivos", con la convicción de que "tenemos algo que interesa al PSOE y lo vamos a hacer valer", invitan al Gobierno a afrontar una situación nueva que estrecha el margen de negociación aportando "reformas estructurales además de medidas presupuestarias". Como el proyecto se ve "poco inversor", Nicanor García entiende los 23 millones adicionales que da el nuevo margen de déficit como "una buena noticia que agregar a este escenario", sobre todo si el Gobierno cumple su palabra de destinarlo al estímulo de la economía y a la inversión.

En esa dirección, el portavoz de IU, Gaspar Llamazares, se dice persuadido de que el acuerdo del consejo de política fiscal y financiera "facilitará el diálogo y la negociación en Asturias". La financiación añadida por la vía del endeudamiento equivale de hecho, añade, a contar con "un presupuesto ampliado" y allana el camino a la posición de la coalición, que se sitúa del lado de quienes denuestan la prórroga, "porque no es buena, y mucho menos para la oposición", pero también pone una condición para seguir adelante. Parecida a la de Ciudadanos, "un cambio de actitud" del Gobierno "en materia de gestión" y sobre todo para con los ayuntamientos, precisa, con los que la Administración mantiene una relación "burocrática y en algunos casos displicente". "Queremos un presupuesto orientado al cambio posible", persevera, "no un 'possupuesto' hecho de retales y créditos extraordinarios".