"Algunos sueñan con que el alumnado, sus hijos o nietos, estén siempre tranquilos, quietos, que no cuestionen nada, sentados desde los tres años durante seis horas seguidas sin moverse, callados o, a lo sumo, que digan periódicamente "sí, señorita". Y en casa, lo mismo. Pero hay que recordarles que esos comportamientos del miedo y la sumisión son propios de otras épocas, de las que parece que hay muchos nostálgicos".

Elena González, presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres "Miguel Virgós", adscrita en Asturias a la CEAPA, hizo pública una carta en relación con la llamada "huelga de deberes" de noviembre, en la que arremete sin tapujos contra la Consejería de Educación y, sin nombrarlo, el sindicato ANPE, institución y entidad que se declararon abiertamente contrarios a esa "huelga" escolar de las tareas para casa.

"Nuestra organización ha pretendido que la sociedad reflexione sobre las consecuencias que tienen los deberes en el alumnado y las familias", señala Elena González, quien lamenta "los ataques injustos y fuera de tono" que recibió la iniciativa: "es comprensible que haya algún docente, sindicato, político, columnista o padre que quiere que las cosas sigan eternamente igual para que nada cambie y nadie pueda cuestionar su concepto de sociedad, su forma de impartir las clases o sus normas... pero no tenemos que dejarnos apabullar por un discurso caduco, a veces malintencionado y sectario".

La primera carga de profundidad tiene a ANPE como destinatario, aunque no fue el único sindicato que lamentó el llamamiento a la "huelga de deberes". La siguiente, al propio Consejero Genaro Alonso y al decreto de derechos y deberes del alumnado. "Lo siento, señor consejero, pero ese decreto no dice nada de que las tareas encomendadas tengan que ser fuera del espacio escolar", explica la presidenta de la "Miguel Virgós", que cree que "tendrían que ser los tribunales los que aclaren si la Consejería, los maestros o quien sea del mundo de la educación puede obligar a nuestros hijos e hijas a realizar un trabajo escolar fuera del entorno" académico del aula.

Probablemente el párrafo más duro de la extensa carta abierta de Elena González tiene como destinatarios compartidos a la Administración, aludiendo directamente al consejero, y el profesorado:

"Ustedes, la Administración, han sido cómplices en la desaparición de la jornada partida, favoreciendo a sus docentes y no a los menores... cómplices de que hayan desaparecido los programas de atención a la diversidad que se impartían por las tardes...cómplices de que el profesorado no cumpla con las jornadas por las que cobra un sueldo permitiéndole que durante los meses de junio y septiembre salgan una hora antes, y les consiente que no trabajen el mes de junio cuando son funcionarios y solo tienen derecho a un mes de vacaciones". Se pregunta la presidenta de la Federación de Padres si "los miles de docentes asturianos que no mandan tareas para casa están incumpliendo alguna norma de la Consejería o son peores que los demás" y lamenta "que tengamos que ver a nuestros hijos cada día con tareas que no saben resolver porque no se las han explicado".

Elena González rompe una lanza en favor del colectivo docente, que "atiende a nuestros hijos con dedicación, preocupación, profesionalidad, respeto y cariño y las familias lo valoramos, trabajan más horas de las que se les pagan y tienen que ver cómo cada día se les compara con otros como si se tratara de una cadena de montaje".